También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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miércoles, 21 de julio de 2010

Requiem por mi tazón

Hace algún tiempo en una de estas frias y congeladas mañanas de invierno murió mi 2º tazón.
(Esta foto se la saqué la 1a noche que llegó; era agua de tilo para dormir bien.)
Fue algo así: a eso de las 4:00 am, mientras preparaba un parcial, tuve que prepararme algo para tomar porque hacía frío y además no podía concentrarme con el estómago vacío (conste que había despertado hace poco, y que la noche anterior me había acostado temprano... evito pasar de largo mientras se pueda); y en eso estaba, con apenas unos dedos de agua caliente en el tazón cuando escucho un horrible CRAAACKK, y veo que una trizadura aparece. La única explicación posible es que era una mañana realmente fría.

Fue una perdida triste, pero la superé; después de todo no había tenido tanto tiempo como para encariñarme con esta taza.
Hace pocos meses ya había perdido mi primer tazón: era blanco, gigante y aerodinámico (o sea, me gustaban sus curvas). Lo tenía desde que llegué a la UAP el año pasado, porque el mío se me quedó en la casa (uno deja para el final el embalaje de las cosas que tiene que usar todos los días... y así llegando tuve que comprar peineta, cepillo de dientes, esponja y tazón). Había sido un lindo año lleno de chocolatada, infusiones frutales y largas noches de estudio. Esa pérdida fue absolutamente dolorosa, especialmente por lo incomprensible: una semana que estaba enferma, estaba guardándolo después del desayuno cuando por culpa de la fiebre lo apoyé mal y vi casi en cámara lenta cómo caía, llegó al suelo y estaba entero y mi corazón dio un sólo latido aliviado... entonces rebotó y volaron varios pedacitos. Tristemente (incluso podría decir que trágicamente, pero intento ser objetiva y sé que en tazón es sólo un tazón aunque represente muchas cosas más y me haya acompañado en tantos momentos) sólo tengo 2 fotos de ese tazón y no se ven muy bien... así que sólo queda continuar la vida y agradecer que por lo menos sigo regularizando las materias, que ESO si es importante

viernes, 16 de julio de 2010

Acerca de la Eternidad

Todos pensamos en la eternidad. Hace algún tiempo mis pensamientos sobre el tema se hicieron más frecuentes, quizás porque constantemente leía, veía o escuchaba la palabra o algo relacionado. De tanto pensar en eso de todos los aspectos me acordé de un cuento que leí algunas veces cuando niña, pero poniendo atención en el final en un detalle que casi había pasado por alto y que ahora sin embargo era lo único que recordaba.

Hablo de "La Reina de las nieves" de Andersen. Me encantan sus cuentos, tienen demasiada poesía, y mucho ambiente emocional.
Le pedí a mi hermano que lo buscara y me recordara el cuento entero, pero creo que estaba ocupado; afortunadamente en una hora de espera muy larga se me ocurrió que seguro estaba entero en internet y lo encontré aquí.

Ahora pongo el final, la parte que me interesaba y comentaba. Sugiero leer el cuento completo, o no seguir leyendo si desean hacerlo luego.
Tengo una gran habilidad por erruinar los finales, nunca he tratado de negarlo, pero esta vez lo haré de cara. Conste que avisé.

[Resumen del contexto: Un chico recibe una astilla del espejo del diablo y se va con la Reina de las Nieves en su trineo a su palacio; una amiga sale a buscarlo y hace un viaje larguísimo conociendo a muchos personajes.]

Carlitos estaba amoratado de frío, casi negro; pero no se daba cuenta, pues ella lo había hecho besar por la helada, y su corazón era como un témpano de hielo. Se entretenía arrastrando cortantes pedazos de hielo llanos y yuxtaponiéndolos de todas las maneras posibles para formar con ellos algo determinado, como cuando nosotros combinamos piezas de madera y reconstituimos figuras: lo que llamamos un rompecabezas. El muchacho obtenía diseños extremadamente ingeniosos; era el gran rompecabezas helado de la inteligencia. Para él, aquellas figuras eran perfectas y tenían grandísima importancia; y todo por el granito de hielo que tenía en el ojo. Combinaba figuras que eran una palabra escrita, pero de ningún modo lograba componer el único vocablo que le interesaba: ETERNIDAD. Sin embargo, la Reina de las Nieves le había dicho: -Si consigues componer esta figura, serás señor de ti mismo y te regalaré el mundo entero y un par de patines por añadidura-. Pero no había modo.
-Tengo que marcharme a las tierras cálidas -dijo la Reina de las Nieves-. Quiero echar un vistazo a los pucheros de hierro. Se refería a los volcanes que nosotros llamamos Etna y Vesubio. Les pondré un poquitín de blanco, como corresponde; y además les irá bien a los limones y a las uvas.
Y levantó el vuelo, dejando a Carlos solo en aquella sala helada y enorme, tan lejana, entregado a sus combinaciones con los pedazos de hielo, pensando y cavilando hasta sorberse los sesos. Permanecía inmóvil y envarado; se le hubiera tomado por una estatua de hielo.

Y he aquí que Margarita franqueó la puerta del palacio. Soplaban en él vientos cortantes, pero cuando la niña rezó su oración vespertina, se calmaron como si les entrara sueño; y ella avanzó por las enormes salas frías y desiertas: ¡allí estaba Carlos! Lo reconoció enseguida, se le arrojó al cuello y, abrazándolo fuertemente, exclamó:
-¡Carlos! ¡Mi Carlitos querido! ¡Al fin te encontré!
Pero él seguía inmóvil, tieso y frío; y entonces Margarita lloró lágrimas ardientes, que cayeron sobre su pecho y penetraron en su corazón, derritiendo el témpano de hielo y destruyendo el trocito de espejo. Él la miró, y la niña se puso a cantar:
Florecen en el valle las rosas.
¡Bendito seas, Jesús, que las haces tan hermosas!

Entonces Carlos prorrumpió en lágrimas; lloraba de tal modo, que el granito de espejo le salió flotando del ojo. Reconoció a la niña y gritó alborozado:
-¡Margarita, mi querida Margarita! ¿Dónde estuviste todo este tiempo? ¿Y dónde he estado yo?
Y miraba a su alrededor.
-¡Qué frío hace aquí! ¡Qué grande es esto y qué desierto!
Y se agarraba a Margarita, que de alegría reía y lloraba a la vez. El espectáculo era tan conmovedor, que hasta los témpanos se pusieron a bailar, y cuando se sintieron cansados y volvieron a echarse, lo hicieron formando la palabra que, según la Reina de las Nieves, podía hacerlo señor de sí mismo y darle el mundo entero y un par de patines además.
Margarita lo besó en las mejillas, y éstas cobraron color; lo besó en los ojos, que se volvieron brillantes como los de ella; lo besó en las manos y los pies, y el niño quedó sano y contento. Ya podía volver la Reina de las Nieves; su carta de emancipación quedaba escrita con relucientes témpanos de hielo.

¿Será qué para poder ser libres necesitamos la ayuda de otra persona? ¿Qué solos no podemos conseguir armar la palabra ETERNIDAD?.
Me emociona esta parte cuando ella lo encuentra, cuando los bloques de hielo arman la palabra...
Pienso en jugar con cristales de hielo...

miércoles, 14 de julio de 2010

Discurso del Oso

Soy el oso de los caños de la casa, subo por los caños en las horas de silencio, los tubos de agua caliente, de la calefacción, del aire fresco, voy por los tubos de departamento en departamento y soy el oso que va por los caños.
Creo que me estiman porque mi pelo mantiene limpios los conductos, incesantemente corro por los tubos y nada me gusta más que pasar de piso en piso resbalando por los caños. A veces saco una pata por la canilla y la muchacha del tercero grita que se ha quemado, o gruño a la altura del horno del segundo y la cocinera Guillermina se queja de que el aire tira mal. De noche ando callado y es cuando más ligero ando, me asomo al techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del sótano. Y en verano nado de noche en la cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría.
Entonces resbalo por todos los caños de la casa, gruñendo contento, y los matrimonios se agitan en sus camas y deploran la instalación de las tuberías. Algunos encienden la luz y escriben un papelito para acordarse de protestar cuando vean al portero. Yo busco la canilla que siempre queda abierta en algún piso; por allí saco la nariz y miro la oscuridad de las habitaciones donde viven esos seres que no pueden andar por los caños, y les tengo algo de lástima al verlos tan torpes y grandes, al oír cómo roncan y sueñan en voz alta, y están tan solos. Cuando de mañana se lavan la cara, les acaricio las mejillas, les lamo la nariz y me voy, vagamente seguro de haber hecho bien.

Julio Cortazar, "Historias de Cronopios y de Famas"

Me encantan estos cuentos. Probablemente ponga varios más en algún momento, pero éste tiene algo especial: estas noches que estuve estudiando en horas poco habituales me pareció escucharlo, y cuando pasaba por mi pieza hacía demasiado ruido... pero no me molestó porque el agua sale siempre deliciosa.

sábado, 10 de julio de 2010

Memorandum para mi:

Los pantalones de tela se planchan por el revés... (tanto tiempo sin practicar lo había olvidado)

Importante: Buscar consejos para disimular manchas de quemaduras en la tela.

viernes, 2 de julio de 2010

El libro que estoy escribiendo

Siempre me ha gustado escribir; casi siempre estoy escribiendo, pero rara vez mis escritos pasan de cuento corto.
Ha mucho tiempo Rodrigo me dijo que hiciéramos un comic: yo armaba el guion y él lo dibujaba; aunque luego se le ocurrió una idea y dejó mis personajes abandonados... pero eran tan buenos personajes que no pude olvidarlos y además eran lo bastante resistentes como para resistir un libro entero.
Así que estos personajes han pasado varios años tratándo de moverse y armar su historia, y en el camino he escrito varios montones de paginas dispersas con cuentos cortos y historias inconclusas con otros personajes interesantes, hasta esta semana...
El miercoles me puse a hablar con Anita de estos personajes que tengo listos para empezar a actuar en mi libro, y al parecer le gustaron y hoy volví a contarle mas detalles junto a Sol y los personajues se fueron haciendo cada vez más nítidos y empezaron a aparecer varios personajes secundarios y de tanto hablar casi se están moviendo y armando una historia.

Quizás no debería poner mis ideas tan geniales en un lugar tan visible y apto para la inspiración de todo el mundo, pero ya he encontrado rasgos de estos personajes en otros escritos... lo cual se entiende porque puede que otros se hayan inspirado en cosas similares a las mías.
Pero en cualquier caso aquí queda la constancia de que yo lo pensé primero.
Y los protagonistas son:
  • Una científica meticulosa y algo obsesiva. Trabaja en un lugar que parece un sotano lleno de frascos de coleres con tubos de liquidos burbujeantes. ¿Qué investiga?
  • Una niña silenciosa y de ojos grandes e intensos, que lee un libro grande en una piesa que parece amueblada por un anticuario. Cada cierot tiempo entra una enfermera y le da unos remedios. ¿Por qué toma remedios? ¿para qué son? ¿Qué es lo que lee? ¿Por qué no sale a jugar con otros niños? (aparte de porque afuera está lluvioso y se ve como las gotas chocan contra la ventana)
  • Un investigador privado, que ha tenido poco trabajo ultimamente... aproximadamente los ultimos 3 años.
  • Y mi personaje favorito hasta el momento: un gato de pelo muy largo, color humo; sigiloso y agil, que suele estar en los lugares de las pistas y de a poco irá guiando a los protagonistas adultos hasta que se encuentren y resulevan sus misterios que giran en torno a esta niña misteriosa.
Y entre los personajes secundarios hay algunos detalles que pedí prestados a Sol pero que manejaré a mi estilo. De momento son los testigos que serán interrogados por el investigador.
  • Una chica ciega que pinta cuadros al oleo. Técnica por aclarar, temáticas aún no decidida, probablemente claros de luna.
  • Un malabarista que quedó parapléjico. Será el punto de partida para lso demás personajes.
  • Y de fondo suena una melodía acompañada por los golpes de las teclas de una maquina de escribir
Algún día lo verán publicados.