También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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jueves, 22 de diciembre de 2011

Mision Cumplida

¡Gracias Dios!
Ha terminado la epoca de examnees finales de diciembre... vuelvo a casa

I'm coming home
I'm coming home
tell the World I'm coming home
Let the rain wash away all the pain of yesterday
I know my kingdom awaits and they've forgiven my mistakes
I'm coming home, I'm coming home
tell the World that I'm coming

martes, 13 de diciembre de 2011

Cuando no sabes qué hacer a continuación

Imagina que justo el dia que logras tu sueño mas preciado el mundo se derrumba. Imagina que repentinamente tienes que dedicarte a hacer cosas que nunca imaginaste, de las que no tienes la menor idea...
Leí un libro que me hizo morir de risa, "La reina de la casa" de Sophie Kinsella, sobre una abogada que ha luchado toda su vida por ser socia en un buffette muy importante; ha sacrificado su vida personal, casi su identidad, y el dia que lo logra encuentra un error que pone su vida de reves. No podia dejar de identificarme con Samantha... claro que a menor escala, pero en diversos momentos de la vida todos nos sentimos perdidos o desorientados. Y en un momento alguien le da un consejo tan practico que he querido citarlo:
No te tortures por no saber todas las respuestas. No siempre tienes que saber quién eres. No siempre tienes que controlar la situación, ni saber hacia dónde te diriges. A veces basta con saber qué vas a hacer a continuación.
Así que seguimos paso a paso. Si los planes no salen como queríamos al principio, tenemos 27 letras mas en el alfabeto para seguir diseñando nuevos planes... y si no logras planear nada, por lo menos puedes pensar que a continuacion simplemente vas a comer algo rico, como helado o chocolate...

domingo, 11 de diciembre de 2011

Familiaridad

Por una temporada aumentará el número de habitantes en la casa: Kathy probará la experiencia de estar externa de los dormitorios de la UAP. Y claro, también han habido más invitados a almorzar y visitas en general.
Estabamos lavando los platos y Kathy dijo "me gusta cuando hay muchos platos, porque significa que hubo muchas personas". La verdad es que a mi tambien me gusta cuando hay muchos platos, pero simplement eproque me gusta lavar mecanicamente mucho de lo mismo... cosas raras mias. El punto es que le comenté que para mi es más lindo ver lleno el vaso del cepillo de dientes.
Puede que laves muchos platos, pero no siempre son de los habitantes de la casa; genial comer acompañada, pero (quizás soy la única que piensa así) ¿no les da más animo ver el vaso de cepillos de dientes lleno? Quizás sea que en mi casa siempre había un montón de ellos, pero cuando estuve viviendo sola tuve que poner un cepillo extra en el vaso sólo por mi tranquilidad mental.

Kathy dijo sabiamente "claro, los cepillos de dientes son de los que viven en la casa y es más de familia".
Y me acordé de otras cosas que hacen que la casa se note más habitada, como el perchero. La ahora mi perchero es para uno y sólo pongo unas pocas cosas, pero antes era grande y hubo un mes que se llenaba de los abrigos de 4 chicas que llegaron a ser casi familia.

En realidad me da lo mismo si la gente se queda o está de visita, si es por mucho o poco tiempo. Lo importante es que cuando vienen es porque se preocupan por ti, demuestran cariño. Y así se va armando la familiaridad con esta familia arrejuntada, amigos que eliges o te eligieron, que aunque veas poco te demuestran cariño.

lunes, 21 de noviembre de 2011

La vida es simple

La felicidad se encuentra en las cosas sencillas. No es necesario buscar cosas complicadas. Son los pequeños detalles los que van a alegrar el día.
Escuchar la lluvia, sonreirle a alguien en la calle, saber que tienes la razón.
Ver una mariposa, tomar una taza de té.
Recibir la visita de un amigo preocupado.

Estoy en medio de una semana catastrófica, pero aún así me siento tranquila y animada.
Creo que eso es la felicidad.

martes, 8 de noviembre de 2011

Perdida

Estaba perdida.
O, al menos, eso le pareció a Manuel.
Llevaba un buen rato observándola con desconfianza, esperando que se marchara sin causar problemas. Era la víspera de Navidad, y de momento la tarde se estaba desarrollando sin incidentes. Pero aún quedaba un rato antes de que las tiendas empezaran a cerrar, y toda la noche por delante.
Estaba de mal humor. Le había tocado trabajar en Nochebuena, y aquella extraña muchacha que iba de un lado para otro haciendo cosas raras no contribuía a mejorar su estado de ánimo.
Parecía una indigente, aunque no molestaba a los clientes pidiendo limosna, ni tampoco estaba buscando comida, o al menos a Manuel no le dio esa sensación. Vagaba desorientada por el centro comercial, un maremágnum de gente, de ruidos… de luces.
Las luces le llamaban la atención. Bombillas multicolores en los escaparates de todas las tiendas, disfrazando los muros de los grandes almacenes en un mosaico que atrapaba su mirada una y otra vez.
Y daba unos pasos en una dirección, hacia el brillante cartel que anunciaba “Feliz Navidad” sobre la puerta de una tienda de moda; pero se detenía a mitad de camino, y entonces daba media vuelta y avanzaba con timidez hacia un Papá Noel que presidía otro de los escaparates, y cuyo gorro rojo estaba cuajado de bombillas que, de nuevo, atraían su atención. Se daba cuenta entonces de que no era eso lo que buscaba, y seguía dando vueltas, desconcertada y confusa.
Manuel observaba sus pasos vacilantes, desde su puesto cerca de la entrada principal del edificio. No sabía si echarla o no. De momento, la chica no hacía nada malo.
Llevaba ya muchos años trabajando como guardia jurado, y por norma general no intervenía si no lo consideraba necesario. Aunque eso no impedía que estuviera alerta, vigilando con atención a todo el que pudiera causar algún conflicto en un momento determinado.
Deseó, de todas formas, que la chica se cansase de dar vueltas por allí y se marchara a cualquier otra parte. Lo último que quería era tener problemas la víspera de Navidad.
La gente andaba muy atareada aquellos días. Todos con prisas, de una tienda a otra, eligiendo regalos, cargados con bolsas, y con aquel aspecto agobiado. Algunos sí se habían quedado mirando a la chica que deambulaba desorientada por los pasillos; contemplaban, con lástima o con reprobación, sus ropas ligeras, viejas y gastadas, sus pies descalzos. Pero sus ojos resbalaban sobre ella y la olvidaban enseguida, hechizados por las luces, la música, el ajetreo de la zona comercial. Si la hubieran observado con atención, se habrían dado cuenta de que aquella muchacha no parecía sentir frío, y apenas era consciente incluso de que llevaba ropa encima. Vestía de forma descuidada, como si cubriera su cuerpo más por imitación que por verdadera necesidad de taparse. Eso intrigaba a Manuel. ¿De dónde habría salido aquella muchacha? No pasaría de los diecisiete o dieciocho años; y, sin embargo, parecía actuar como una niña de cinco.
La vio sentarse en un rincón, exhausta, y echar un vistazo desalentado a su alrededor. Daba la sensación de que ni siquiera sabía cómo había llegado hasta allí. La atraían las luces, eso estaba claro. Era como si buscase una en particular, pero no la encontrase en medio de aquel estallido de reflejos y destellos.
Manuel sacudió la cabeza, perplejo. Abandonó su puesto junto a la puerta para acercarse un poco más a ella y vigilarla discretamente desde la entrada de la pizzería. Prefería no perderla de vista, y, por otro lado, si ella se daba cuenta de que el guardia estaba pendiente, tal vez se pusiera nerviosa y se marchara.
No obstante, la muchacha no hizo nada de eso. Permaneció allí, sentada en el suelo, abatida, y no le prestó más atención que al resto de las personas que recorrían el centro comercial.
Alguien dejó caer una moneda frente a ella. Manuel pensó que tal vez sí había ido a mendigar allí. En tal caso, se dijo, tendría que echarla.
De nuevo, la actitud de aquella chica lo sorprendió. La vio coger la moneda y contemplarla con curiosidad y cierta perplejidad, como si no supiera qué clase de objeto era aquél. La olió y hasta se arriesgó a mordisquearla. Descubrió, obviamente, que no era comestible, y la tiró a un lado, con indiferencia, un poco decepcionada. Una señora, que la observaba, exclamó:
—¡Será desagradecida!
Manuel empezaba a pensar que la muchacha simplemente estaba loca. Tal vez se había escapado de algún psiquiátrico. Se retiró un poco para hablar con uno de sus compañeros a través del walkie:
—Oye, Luis, que tengo a una tía un poco rara por aquí.
—¿Cómo de rara?
—Pues parece una indigente, pero hace cosas que… Más que una chica parece un perrillo perdido, va de un lado a otro un poco despistada… No sé si tirarla, macho, es que me da pena. Fuera se va a congelar de frío, y de momento no da guerra.
—Ya, pues como la vean los jefes… A los chuchos perdidos también los echamos, por muy bien que se porten, ¿no?
—No te pases, tío, que es una mujer, no un perro.
—¿Le has dicho algo?
Manuel abrió la boca para contestar, pero se calló lo que iba a decir: que no quería acercarse mucho a ella por temor a asustarla. Pensó que aquello era un poco estúpido, de todas formas.
—No, ahora voy.
Cortó la comunicación y se acercó a la muchacha, inseguro.
Entonces vio que de pie, junto a ella, se había detenido una niña que parecía una mullida pelota, envuelta en un grueso abrigo rosa, con un gorro y una bufanda que le tapaban la cara casi por completo, dejando ver solamente unos expresivos ojos castaños.
Las dos se miraron. La chica perdida sonrió a la niña y le tendió la mano, tal vez ofreciendo su amistad, tal vez implorando ayuda. La niña nunca llegó a saberlo, porque su madre tiró de ella para alejarla de aquella extraña joven. Manuel oyó aún su voz, protestando:
—¡Era un ángel, mamá!
No pareció que la muchacha entendiera sus palabras ni se diera por aludida. Manuel la contempló un momento.
Un ángel…, qué imaginación tienen los niños. Pero Manuel pensó de pronto, que, desde luego, aquella chica resultaba lo bastante peculiar como para no parecerse a ninguna otra que hubiera conocido.
Se inclinó junto a ella; la muchacha levantó la cabeza para mirarlo con unos enormes ojos oscuros, abiertos de par en par, curiosos y sin asomo de temor.
—¿Te has perdido? —le preguntó Manuel, con el tono de voz que habría utilizado para hablarle a un niño pequeño.
Aun así, la muchacha lo miró sin comprender.
“Vaya por Dios”, pensó el vigilante. “No habla mi idioma”. Seguramente sería una de esos inmigrantes que venían de Europa del Este o de algún sitio similar. Lo intentó de nuevo, gesticulando mucho:
—¿Tienes hambre? ¿Quieres comida?
Calló enseguida, sintiéndose ridículo. La chica lo contemplaba fascinada y divertida, con sus grandes ojos fijos en la boca de él, como si le resultara chocante oír salir de ella aquellos sonidos tan curiosos. Definitivamente, o estaba loca o era muy, muy rara.
—Bueno, espera aquí —farfulló—. Veré si puedo traerte algo de comer, ¿vale?
Ella le dedicó una radiante sonrisa, que iluminó su rostro sucio y cansado.Veía algo en ella, tal vez ingenuidad, inocencia… algo encantador, diferente, que hacía que Manuel sintiese ganas de protegerla.
La dejó allí, sentada en el suelo, y se dirigió a la bocatería más cercana.
Cuando volvió a salir, momentos más tarde, con un bocadillo de jamón y un botellín de agua, la chica se había marchado.
Maldiciendo por lo bajo, Manuel recorrió todo el pasillo, buscándola, hasta desembocar en la plaza principal del complejo.
El centro comercial estaba construido en torno a un inmenso árbol centenario que no habían derribado porque los ecologistas de la región pusieron el grito en el cielo. De manera que allí se quedó, y las tiendas crecieron en torno a él, dejándolo en el centro del complejo, como punto de referencia. Ahora estaba engalanado con todas las luces y adornos de Navidad, y una enorme estrella relucía en su rama más alta.
Y la extraña chica estaba allí, al pie del árbol, contemplando, extasiada, aquella orgía de luces, luces rojas, azules, verdes, amarillas… todas tan brillantes, que parpadeaban, y se encendían, y se apagaban, y bañaban su rostro con su suave resplandor.
Manuel se detuvo a pocos pasos de ella y la miró. Se leía en su expresión una huella de profunda nostalgia, como si el árbol, o las luces, o tal vez ambas cosas, le recordaran a algo perdido tiempo atrás, que añorara con todo su ser. Alzó la mano, maravillada, y rozó las ramas bajas con profunda ternura. Después tocó una de las luces rojas con la punta del dedo, con precaución, como si esperara quemarse. Pareció sorprendida al comprobar que no era así.
Cogió la bombilla con los dedos y tiró de ella. Se resistía a separarse del árbol, por lo que tiró con más fuerza. Contempló, fascinada, la sarta de luces que salían detrás de la primera.
Manuel reaccionó y se apresuró a acercarse a ella.
—¡Eh, eh! ¿Qué haces? ¡Deja eso!
La muchacha lo miró sin comprender, e insistió en tirar de las bombillas. Manuel la agarró del brazo y trató de arrebatarle las luces. La chica gimió, angustiada, y se debatió con la desesperación de un animalillo atrapado en una trampa. Manuel la soltó, un poco intimidado. Ella dio un fuerte tirón y echó a correr, llevándose la ristra de bombillas detrás.
Manuel corrió tras ella, enfadado y desconcertado. Algunas personas se habían parado a contemplar la escena, y el vigilante se sintió muy ridículo y furioso consigo mismo por no haber echado a aquella chica del centro horas atrás.
Al cabo de unos momentos se detuvo, frustrado. La había perdido de vista.
No volvió a toparse con ella en toda la tarde, y abrigó la esperanza de que se hubiera marchado.
Aquel día, las tiendas cerraban mucho antes que de costumbre. Manuel asistió, con amargura, a la marcha de los clientes y de los dueños de los comercios, que regresaban a sus casas para celebrar la Nochebuena, y los envidió en silencio.
Cuando el centro comercial quedó en calma, solitario y a oscuras, Manuel hizo una nueva ronda por los pasillos. Le dolía la cabeza, seguramente a causa de aquel disco de villancicos que había estado sonando por megafonía toda la tarde, machaconamente. Se consoló pensando que una de las ventajas de hacer el turno de noche era que no tendría que soportar aquella música.
Estaba pensando en ello todavía cuando volvió a ver a la chica.
La descubrió al pie del árbol centenario, bailando en torno a él. Manuel se quedó mirando, fascinado, cómo sus gráciles pies descalzos se deslizaban sobre las raíces sin tropezar con ellas, casi como si flotaran. Contempló sus movimientos, aquella danza salvaje y exótica que no se asemejaba a nada que hubiera visto antes, pero que parecía tener su propio ritmo, el ritmo de todas las cosas, un ritmo que incluso los latidos del corazón del vigilante parecían seguir. Todavía estaba enredada en la sarta de bombillas que se había llevado un rato antes, y resultaba una imagen chocante, con su cabello flotando en torno a ella, bailando, envuelta en inútiles bombillas apagadas. Debería ser un espectáculo grotesco, y no lo era; la chica debería parecer ridícula, pero Manuel la encontró más encantadora que nunca.
Y entonces vio, turbado y estupefacto, cómo ella se arrancaba las bombillas, deshaciéndose de ellas como de un molesto estorbo, y acto seguido se quitaba la ropa, sin dejar de bailar, hasta quedar desnuda bajo las luces del árbol de Navidad.
“Ahora sí que sé que está completamente loca”, pensó Manuel, aturdido, sin saber muy bien si acercarse o no a ella.
Sin embargo, enseguida sucedió algo que lo hizo decidirse: porque, antes de que Manuel se diera cuenta, la chica se abrazó al tronco y comenzó a trepar por él con envidiable agilidad.
—¡Eh! —le gritó él, perplejo y alarmado—. ¡Baja de ahí! ¡No puedes hacer eso!
La muchacha no lo escuchó. Estaba ya a una altura considerable e iba directa a la estrella que brillaba en lo alto del árbol. “La luz”, pensó Manuel. Estaba claro que era eso lo que le llamaba la atención; pero estaba demasiado alta, era una locura. Maldiciendo por lo bajo, corrió hacia allí y se dispuso a trepar tras ella para obligarla a bajar.
Al llegar junto a las raíces descubrió, estupefacto, algo extraordinario: de la tierra nacían docenas de pequeñas flores blancas, flores que antes no estaban allí, que parecían haber brotado bajo los pies descalzos de la muchacha perdida que había estado bailando, momentos antes, en torno al árbol centenario.
“Estoy soñando”, se dijo Manuel, muy confuso. Pero la chica seguía trepando por las ramas, y se concentró en detenerla como fuera, antes de que resbalara y cayera al suelo.
Nunca llegó a saber cómo demonios consiguió alcanzarla. El árbol era enorme y altísimo y, aunque no resultaba difícil ascender por sus ramas, sí era peligroso. Sin embargo, Manuel fue sin dudarlo en pos de la muchacha perdida, y logró agarrarla por el tobillo cuando ella ya alcanzaba la estrella.
—¡Baja de ahí! —le gritó, aun a sabiendas de que ella no podía entender sus palabras; esperaba, al menos, que captase la intención—. ¡Vas a hacerte daño!
Ella apenas lo escuchó. Cogió la estrella y tiró de ella.
—¡No, no hagas…! —empezó Manuel.
Demasiado tarde. La estrella chisporroteó y se apagó. La chica la dejó caer, indiferente; el objeto chocó contra el suelo, varios metros más abajo, y se rompió en mil pedazos.
En esta ocasión, Manuel no dijo nada.
Porque la muchacha se había encaramado a la rama más alta y miraba hacia lo alto, y su rostro mostraba una dulce y radiante expresión de éxtasis, como si hubiera encontrado algo largamente anhelado. Manuel comprendió enseguida qué había atrapado su atención.
Era la luna, su tenue disco plateado presidiendo el cielo.
La luna, que relucía sobre ellos, bañando sus rostros y el cuerpo desnudo de ella.
La muchacha dejó escapar un curioso sonido, entre gorjeo, risa y gemido. Sacudió el pie, y Manuel le soltó el tobillo.
—¿Es la luna? —le preguntó, sintiéndose, sin embargo, un poco estúpido—. ¿La luna es la luz que estabas buscando?
Ella no contestó. Seguía contemplando la luna como si fuera lo más hermoso que hubiera visto jamás. Y, en su expresión de júbilo, Manuel vio reflejada su propia añoranza, algo que había estado oculto en su corazón, la luz de la luna, de aquellas estrellas que tachonaban el cielo, y que las luces artificiales de la ciudad se esforzaban tanto por ocultar.
Volvió a la realidad cuando ella se puso en pie sobre la rama, aún con los ojos fijos en la luna, y abrió los brazos.
Manuel entendió enseguida lo que iba a hacer.
—¡NO! —pudo gritar, antes de que ella diera un salto y se arrojara al vacío, como una hoja en otoño.
Manuel se lanzó hacia adelante, manoteó en el aire, tratando de agarrarla antes de que cayera. Consiguió abrazarla. Pero perdió el equilibrio, y tuvo la suerte de que una rama lo retuviera allí y le impidiera caer al suelo.
Se dio cuenta entonces de que ya no tenía entre sus brazos a la chica perdida. Jadeó, atónito y aterrado, al ver lo que estaba aferrando: una piel, una piel humana, la piel de la muchacha, que ahora no parecía más que un inútil disfraz desinflado. Con un pequeño grito de horror, Manuel dejó caer aquella piel, que se deshizo entre sus dedos, transformándose en un fino polvo dorado. Sintiéndose inmerso en un extraño sueño, el vigilante, todavía temblando entre las ramas, miró en torno a sí.
Y entonces, la vio.
Estaba suspendida en el aire, frente a él. La luz de la luna bañaba su verdadero cuerpo, luminoso, sobrenatural; sus delgadas alas transparentes, que temblaban a su espalda como gotas de rocío; sus inmensos ojos rasgados, negros, todo pupila, tan profundos, sabios, eternos, que lo miraban fijamente. Manuel no se atrevió a moverse. La contempló, fascinado, preguntándose si estaba soñando.
La criatura rió, feliz, y fue una risa cantarina y musical, que coreó el susurro de la brisa en las hojas del árbol centenario. Se acercó un poco más al vigilante, que quiso retroceder, intimidado, pero no fue capaz. Y depositó un suave beso en los labios de él, apenas un roce, y después, hizo vibrar sus alas y echó a volar.
Manuel la vio dar un par de vueltas en torno al árbol, quizá para despedirse, jugando con las ramas, acariciando sus hojas, fluyendo en el aire nocturno como un suave aroma arrastrado por el viento; y después la contempló, maravillado, mientras se elevaba sobre el centro comercial hacia el cielo nocturno, como una estrella fugaz que regresara a lo más profundo del cosmos.
Y ella desapareció, de vuelta a su hogar, dondequiera que éste estuviese. Y de aquella noche no quedó más que el círculo de flores que nacieron en pleno invierno, en el corazón del centro comercial, en torno al árbol centenario, bajo los pies del hada que había bailado allí, a la luz de la luna.
Y Manuel se acurrucó allí, entre las ramas, y lloró como un niño.

Laura Gallegos, Cuentos

jueves, 3 de noviembre de 2011

Carta de Esculapio a su hijo

¿Quieres ser médico, hijo mío? ¿Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida?
Tendrás que renunciar a la vida privada; mientras la mayoría de los ciudadanos pueden, terminada su tarea, aislarse lejos de los inoportunos, tu puerta quedará siempre abierta a todos; a toda hora del día o de la noche vendrán a turbar tu descanso, tus placeres, tu meditación; ya no tendrás hora que dedicar a la familia, a la amistad o al estudio; ya no te pertenecerás.

Los pobres, acostumbrados a padecer, no te llamarán sino en casos de urgencia; pero los ricos te tratarán como esclavo encargado de remediar sus excesos; sea porque tengan una indigestión, sea porque estén acatarrados; harán que te despierten a toda prisa tan pronto como sientan la menor inquietud, pues estiman en muchísimo su persona. Habrás de mostrar interés por los detalles más vulgares de su existencia, decidir si han de comer ternera o cordero, si han de andar de tal o cual modo cuando se pasean. No podrás ir al teatro, ausentarte de la ciudad, ni estar enfermo; tendrás que estar siempre listo para acudir tan pronto como te llame tu amo.
Eras severo en la elección de tus amigos; buscabas a la sociedad de los hombres de talento, de artistas, de almas delicadas; en adelante, no podrás desechar a los fastidiosos, a los escasos de inteligencia, a los despreciables. El malhechor tendrá tanto derecho a tu asistencia como el hombre honrado; prolongarás vidas nefastas, y el secreto de tu profesión te prohibirá impedir crímenes de los que serás testigo.
Tienes fe en tu trabajo para conquistarte una reputación; ten presente que te juzgarán, no por tu ciencia, sino por las casualidades del destino, por el corte de tu capa, por la apariencia de tu casa, por el número de tus criados, por la atención que dediques a las charlas y a los gustos de tu clientela. Los habrá que desconfiarán de ti si no gastas barbas, otros si vienes de Asia; otros si crees en los dioses; otros, si no crees en ellos.
Te gusta la sencillez; habrás de adoptar la actitud de un augur. Eres activo, sabes lo que vale el tiempo, no habrás de manifestar fastidio ni impaciencia; tendrás que soportar relatos que arranquen del principio de los tiempos para explicarte un cólico; ociosos te consultarán por el solo placer de charlar. Serás el vertedero de sus disgustos, de sus nimias vanidades.
Sientes pasión por la verdad; ya no podrás decirla. Tendrás que ocultar a algunos la gravedad de su mal; a otros su insignificancia, pues les molestaría. Habrás de ocultar secretos que posees, consentir en parecer burlado, ignorante, cómplice. Aunque la medicina es una ciencia oscura, a quien los esfuerzos de sus fieles van iluminando de siglo en siglo, no te será permitido dudar nunca, so pena de perder todo crédito. Si no afirmas que conoces la naturaleza de la enfermedad, que posees un remedio infalible para curarla, el vulgo irá a charlatanes que venden la mentira que necesita.
No cuentes con agradecimiento; cuando el enfermo sana, la curación es debida a su robustez; si muere, tú eres el que lo ha matado. Mientras está en peligro te trata como un dios, te suplica, te promete, te colma de halagos; no bien está en convalecencia, ya le estorbas, y cuando se trata de pagar los cuidados que le has prodigado, se enfada y te denigra.
Cuanto más egoístas son los hombres, más solicitud exigen del médico. Cuanto más codiciosos ellos, más desinteresado ha de ser él, y los mismos que se burlan de los dioses le confieren el sacerdocio para interesarlo al culto de su sacra persona. La ciudad confía en él para que remedie los daños que ella causa.
No cuentes con que ese oficio tan penoso te haga rico; te lo he dicho: es un sacerdocio, y no sería decente que produjera ganancias como las que tiene un aceitero o el que vende lana.
Te compadezco si sientes afán por la belleza; verás lo más feo y repugnante que hay en la especie humana; todos tus sentidos serán maltratados. Habrás de pegar tu oído contra el sudor de pechos sucios, respirar el olor de míseras viviendas, los perfumes harto subidos de las cortesanas, palpar tumores, curar llagas verdes de pus, fijar tu mirada y tu olfato en inmundicias, meter el dedo en muchos sitios. Cuántas veces, un día hermoso, lleno de sol y perfumado, o bien al salir del teatro, de una pieza de Sófocles, te llamarán para un hombre que, molestado por los dolores de vientre, pondrá ante tus ojos un bacín nauseabundo, diciéndote satisfecho: "Gracias a que he tenido la preocupación de no tirarlo". Recuerda, entonces, que habrá de parecer que te interese mucho aquella deyección. Hasta la belleza misma de las mujeres, consuelo del hombre, se desvanecerá para ti. Las verás por las mañanas desgreñadas, desencajadas, desprovistas de sus bellos colores y olvidando sobre los muebles parte de sus atractivos. Cesarán de ser diosas para convertirse en pobres seres afligidos de miserias sin gracia. Sentirás por ellas más compasión que deseos. ¡Cuántas veces te asustarás al ver un cocodrilo adormecido en el fondo de la fuente de los placeres!

Tu vida transcurrirá como la sombra de la muerte, entre el dolor de los cuerpos y de las almas, entre los duelos y la hipocresía que calcula a la cabecera de los agonizantes; la raza humana es un Prometeo desgarrado por los buitres. Te verás solo en tus tristezas, solo en tus estudios, solo en medio del egoísmo humano. Ni siquiera encontrarás apoyo entre los médicos, que se hacen sorda guerra por interés o por orgullo. Únicamente la conciencia de aliviar males podrá sostenerte en tus fatigas. Piensa mientras estás a tiempo; pero si indiferente a la fortuna, a los placeres de la juventud; si sabiendo que te verás solo entre las fieras humanas, tienes un alma bastante estoica para satisfacerse con el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas bien pagado con la dicha de una madre, con una cara que te sonríe porque ya no padece, o con la paz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte; si ansías conocer al hombre, penetrar todo lo trágico de su destino, ¡hazte médico, hijo mío!

Waterhouse, Un niño enfermo en el templo de Esculapio

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Soy un vampiro

Es momento de asumirlo. Gran parte de mi vida lo sospechpe, pero no quise asumirlo e incluso me sentía culpable. Y no estoy hablando de beber sangre ni haber muerto hace mucho años.
Simplemente tengo habitos nocturnos, mi concentración aumenta considerablemente después de la puesta de sol.

Todo comenzó hace muchos años (Remember mode: ON), cuando era chica y no podía dejar de leer en la noche porque el libro estaba en la mejor parte y me decía "termino este capítulo y me duermo", y al rato me daba cuenta que había pasado casi una hora y llevaba varios capítulos leídos de más sin darme cuenta... y trataba de dormir pero seguía pensando en el libro. Algunas pocas veces tuve que dormir siesta al día siguiente, pero entonces era algo que hacía casi por placer. Igual me sentía culpable cuando mi mamá me retaba, porque ella siempre ha sido de las que viven de mañana y tratan de acostarse temprano.
Ahora me pasa algo parecido, pero ya a una escala mayor y casi sin poder evitarlo; es parte de las exigencias del estudio y al vivir sola ha aflorado en toda mi magnitud como característica propia.
Muchas veces es por la cantidad de materia que hay que estudiar, pero cada vez más ultimamente se da por elección, porque me di cuenta que me concentro mejor y pienso más y el tiempo rinde por la noche.

Por estar en un lugar donde le dan mucha importancia a la temperancia y los buenos habitos incluyendo el descanso traté de armarme horarios normales y las horas de sueño son siempre uno de mis buenos propósitos pendientes. Pero ya no más, ahora trato de dormir entre las 8 y 3 de la mañana y a veces una siesta.
Esta semana por los parciales que tuve que rendir me dediqué de frente a dormir en la tarde y luego estudiar, hace un tiempo lo había probado y me resultó bien. Así que por eso ahora hago bromas de que duermo mientras sale el sol y luego salgo de noche. Claro que también me vienen ideas locas relacionadas con el metabolismo de los hombres lobos y se confirma publicamente mi locura...

La única ventaja que le puedo encontrar es que si sigo así de aquí hasta cuando haga mi residencia y todas las guardias/turnos que se van a venir, voy a estar con el sueño tan irregular y dado vuelta que no me afectará casi en nada...
Cuando se lo conté a mi hermano Rodrigo dijo que también podía ser que fuera una ingeniera informática, que a él le pasa algo parecido y me entiende... entonces, si es algo tan común para tante gente (incluyo en la generalización a los compañeros con los que nos damos ánimo en las horas previas al parcial) ¿porqué seguimos dejando que los diurnos gobiernen el mundo y nos impongan sus horarios?

martes, 1 de noviembre de 2011

Ideas brillantes

A veces siento que me ilumino y las ideas que tengo son ta geniales que resplandecen. Sólo a veces...
Hay días que ando inspirada y consigo hacer asociaciones bastante interesantes, el resto del tiempo pienso a un ritmo normal.
Usualmente se asocia a las ideas con una lámpara que se prende, o por lo menos el foquito. Debe ser porque las buenas ideas iluminan la vida.

Dave Nitsche

Hay otros días que las ideas corren locas y parece que no tienen objetivo, que es sólo divagar y combinar neuronas sólo por el placer de la sinapsis. Algunas de esas ideas también dan lugar a resultados interesantes.
Y de tanto pensar en ideas, noté que quizás hay alguna relación con lo que sucede en mi casa: no consigo hacer que los focos me duren.
En lo que va del año debo haber quemado unas 10 ampolletas/bombillas/focos (la primera vez que pregunté por ampolletas, acá no tenían idea de a lo que me refería) y la situación se complica porque desde desde algún momento de este año me es imposible conseguir focos normales, de los tipicos de vidrio; hay una extraña ley que se supone ecológica que las prohibió. ¿Qué será de mi ahora sin las simpáticas esferas de vidrio? ¿Cómo haré para resignarme a la luz más tenue y deslucida de lso focos economizadores? Y lo que más me desconcierta es que toda mi vida las ampolletas duraban meses por no decir años, y justo ahora se me queman casi cada semana.
Debe ser por el brillo natural de mis pensamientos. Cuando aparece uno demasiado genial el impacto es tan grande que llega a alterar la electricidad de la casa, hace resonancia y sobrecarga el circuito con mayor capacidad de la que puede resistir. Por eso es no me duran los focos, mira tú.

lunes, 31 de octubre de 2011

31 de Oct. Alternativo

Mañana tengo parcial de cirugía, y los pronósticos no aguran nada bueno.
Increíblemente, mañana no es feriado en Argentina; el país con más feriados al mes que he visto... y para colmo de males tengo que pasarme esta noche estudiando y mañana también porque el miercoles rindo otro parcial de terror.

(Disfraz que no usaré esta noche ni nunca, probablemente)


No es que me emocione Halloween, nunca lo celebré hasta que tuve como 16 años y recién entonces lo usaba como excusa para salir a pedir dulces acompañando a mi hermano. Ultimamente me compro mis propias golosinas sin tantas ceremonias. Así que este año tampo habrá "dulce o travesura" ni ninguna de las cada vez más originales alternativas: "beso o travesura", "travesura por consejo del odontólogo", "travesura dulcemente", etc.

Y para ponerme a tono con el ambiente, tengo que decir que me acabo de enterar gracias a Anto que hace más de 200 años para esta misma fecha, en 1794, Dalton descubrió el daltonismo. Un efemérides inolvidable.
Para el que le suena el nombre pero no está seguro de en qué consiste, el daltinismo consiste en la incapacidad de diferneciar ciertos colores por delficit de alguna rodopsina que no activaría los conos de la retina, con lo que se limita la combinación de colores disponibles. (El ojo funciona igual que la rosa cromática, 3 pigmentos básicos según cada rodopsina que se combinan para dar todas las variaciones de colores).
Toda mi vida he alardeado de mi amplia exactitud cromática, la capacidad de diferenciar matices y distinguir los colores por su nombre. Pero hoy me he llevado una sorpresa: podría ser daltónica.


Esta tarjeta funciona a la inversa que las láminas usuales de los test para daltónicos. ¿Recuerdan esos circulitos formados por manchas de distintos colores que forman un número? En esos si no lograbas ver el número implicaba que eras daltónico. Siempre me jacté que era capaz de diferenciar incluso el 73 y 78 que salían en la lámina más dificil y veía los 2 números simultaneamente diferenciando los matices de naranja que eran complicados...
Resulta que en la lámina que puse ahora si logras ver un número significa que tienes daltonismo, funciona al reves de los anteriores (test inverso).
Y aquí estoy quebrándome la cabeza, porque insisto en que leo un NO (por lo menos no identifico ningún número concretamente, auqnue a veces me parece ver una silueta), y espero que sea sólo mi imaginación desbordante y algo de sugestión, porque no me entra en la mente descubrir a estas alturas que soy daltónica.
¿Alguién más ve algo? ¿Letras, números, dibujos?
Escuchar voces no tiene nada que ver y nos lleva a patolgías de otra área muy diferente, aviso...

domingo, 30 de octubre de 2011

Hay un nido en mi parrón

En la mañana enmcontré un pequeño huevo en el suelo a la salida de la casa, extrañamente estaba intacto, así que miré hacia arriba y descubrí un nido.
Fue extrañamente emocionante...


El nido en cuestión, fotografiado por mi desde el suelo, no esperen que sea tan claro ni artístico como uno que podría encontrar en google

viernes, 28 de octubre de 2011

Clases de desdoblamiento avanzado

Una de las cosas que nunca imaginé que iba a perfeccionar estudiando acá es el arte de estar en 2 lugares al mismo tiempo.
Lamentablemente no he conseguido dominar la tecnica, así q simplemente salto entre ellos lo más rapidamente posible y pienso q aunque no sea al mismo tiempo, por lo menos estuve en los 2 lugares requeridos dentro del limite de tiempo precisado.
Pongamos un ejemplo concreto, o van a pensar (otra vez) que estoy alucinando. En mi primer año acá, se supinía que los días jueves de 15.30 a 15.30 estuviera en ¡3! clases al mismo tiempo. Desde el año pasado la situación ha mejorado y sólo se me superponen 2 clases (o por lo menos sólo tomo hasta q se me superpongan 2 en cómodas cuotas anuales).
Así que aquí me tienen, mirando el reloj y contando los minutos para cambiar de una sala a otra, sentandome discretamente en un lugar no muy evidente, dejando bolsos en una y llendo a otra, y cruzando los dedos para que el profesor mantenga su rutina y no cambie la hora a que pasa asistencia.
Qué puedo decir aparte de agotador. Y de que muchas veces termino sn saber nada en concreto de las 2 clases...
Hoy volví a pasar por lo mismo, pero esta vez fue por elección propia. Jornadas de Clinica vs. clase de psiquiatría: fui a 2 horas de teorico de siquiatría (donde además olvidaron pasar la lista) y quería pasar unos momentos en la jornada antes del práctico... al final terminé quedándome, asumiendo que el práctico sería sólo otra entrevista a pacientes. Esta vez enseñaron a aplicar un test.
Sea como sea, siempre termino sintiendo que escojo la opción equivocada.
Nunca pensé que lo mio fuera tanto por la física cuántica...

domingo, 23 de octubre de 2011

Política con galletas

Hoy fue día de elecciones en Argentina. La verdad es que no es algo que me haya afectado demasiado con lo aislada del mundo que estoy: ni televisión, ni diarios... de no haber sido por Facebook ni siquiera me enteraba.
Así que, ¿para que dedicar uno de mis escasos momentos de escritura a un tema que por lo general no me interesa? aparte de desahogarme, claro. Porque no puedo dejar de sorprenderme por los resultados, aunque quizás no fueran tan sorpresivos.
Cristina ha sido reelegida presidenta. Dejando de lado las especulaciones de fraude en el conteo, lo más probable es que los votos los haya conseguido con sus controvertidos planes sociales. Y no tengo nada en contra de que le regale un notebook a los escolares, ni televisores plasma (en serio), ni siquiera con los bonos para madres solteras (en una de esas así baja la tasa de abortos). Lo que me golpea y violenta es el sistema de prioridades de la gente, y la financiación de los susodichos planes.
Porque no es como si las cosas estuvieran muy bien y de tanto dinero que sobra repartimos para todos. Ese dinero tiene que salir de alguna parte, y son los impuestos de la gente trabajadora y gran parte de ella en campo.

Y a eso aludía el título. No es que los invite a hablar de politica en una amena fiesta del té con galletas, sino que cuando quiero representar alguna idea en mi mente, suelo proyectarla en las galletas. Sonará infantil, pero a mi funciona: entendí la crisis del campo en Chile hace algunos años cuando vi que a mi también me afectaba al ir al supermercado y ver que los precios de mis galletas habituales habían subido... crisis en el campo lleva a aumento en precios de trigo, que repercute en la harina y el que paga finalmente es el consumidor.
... Porque va a llegar el día en que en Argentina la agricultura sea un dolor de cabeza mayor del que es ahora. A los granjeros y cultivadores ya no les sale rentable, ya no siembran como antes; y este es uno de lso graneros del mundos, donde se producen granos para exportar. Y volveré a ver subir el precio de las galletas... y aunque parezca que lo tomo a la ligera, las galletas sólo son el reflejo de cosas más graves.

¿Y por qué escribo esto hoy, si nunca comento siquiera la politica de mi pais? Pues porque nunca antes me había chocado tanto algo en temas políticos, y eso que suelo evitar el tema. Porque al final todo termina afectando a todos, y yo estudio aquí y veo como sube la cuota de la universidad al ser este un pais inflasional... y tengo que decirselo a mi madre que es la que paga, y decirle tambien que la plata ya no rinde en el supermercado (y ni siquiera compro galletas, sólo cosas básicas). Porque un día calculé que me convenía comer afuera algunos días de la semana que comprar para cocinar yo. Porque esta es otra forma de dieta. Porque no puedo creer que haya planes que regalan computadores y no leche maternizada. Ya, lo dije... volví al tema de las prioridades; no cómo me afectan a mi, pero quizas desde la perspectiva de extranjera veo que algo no funciona como debiera.

miércoles, 19 de octubre de 2011

A nadie le interesa - Criticando criticas

Hoy vengo a escribir sin mucha coherencia (si es q alguna vez la he tenido), motivada sólo por las ganas de desahogarme.
Estaba buscando info sobre el nuevo disco de Coldplay, cuando encontré una critica que me dio rabia y no pienso decir dónde.
Que los nuevos Coldplay no suenan como antes, que hay demasiada parafernalia en el nuevo disco (que al oyente en particular no le gustó), etc. Vale, así son las cosas; los musicos hacen los discos que a ellos se les da la gana.
Pero lo que no deja de sorprenderme es que tiene la cara de decir "de otros no me sorprendería que hicieran tal cosa, pero no me lo esperaba de ellos" y algo como "suenan como tal para llegar a mas público, aunque sacrifiquen al publico de antes".
¿Hola? Perdona que no te hayan preguntado a tí antes de componer las canciones y grabarlas, seguro que para el proximo te piden consejo. [Es una ironía por si no se nota]

Lo que más me gusta de los superstars es que precisamente pueden hacer lo que a ellos se les de la gana, no necesitan dar explicaciones a nadie. Y si a los demás les gusta bien, y a los que no: que no pierdan su tiempo.
Por cierto, a mi si me ha gustado lo que he escuchado. Y soy de las del publico del principio.

Y eso, cada cual tiene derecho a dar su opinión; y a nadie con autoestina, confianza y seguridad en si mismo le interesa de verdad lo que opine el resto del mundo, aunque es interesante de vez en cuando intercambiar ideas. El critico en cuestion tiene derecho a opinar lo que quiera, yo me desahogo y digo que pienso todo lo contrario, y a nadie le importa tampoco.
Que al final las criticas de musico no sé para que existen, si se dedican precisamente a encasillar los conceptos que pretenden romper.
[Parentesis fuera de tema, sólo hay 2 criticas que me han sido útiles alguna vez, y eran de una persona en la que confío y me dijo "no veas esa peli, es una basura y son 2 horas de tu tiempo que no volverán por tal..." el resto de las veces suelo arriesgarme y descubro que no siempre estoy tan de acuerdo con el resto del mundo, y las veces que pierdo mi tiempo lo hago para saciar mi propia curiosisdad].

Para terminar esta aparición breve por la blogosfera hasta que vuelva a tener tiempo, el video del primer single que me ha encantado:



No soy fan irracional, y si algo no me gusta lo digo. Mi vida, mis gustos. Cada cual tiene derecho a los suyos.

sábado, 8 de octubre de 2011

Alquimia

Con su permiso, tengo que decir esto, y no es por presumir ni por intentar torturar a los que están lejos: cocino delicioso.
Quizás el comentario viene de demasiado cerca y muchos no me crean, pero en este momento no hay nadie más que puede opinar al respecto (aunque haciendo una recopilacion de opiniones de los que han tenido la oportunidad de ser mis conejillos de indias, los resultados también son concordantes).
Como ya dije una vez, uno de mis hermanos me otorgó el titulo de Alquimista en vez del de Chef. Y es que no puedo contenerme y cuando estoy en medio del proceso me inspiro y tiro una mezcla extraña e irrepetible de los polvos mágicos que están en la repisa... y suelen quedar resultados de lo más bien.
En este momento estoy bajo los efectos de un pan de queso con hierbas. Es una receta muy facil que se hace en 30 mins (en este caso un poc mas porque hice los bollos un poco grandes) y en esta oportunidad puse oregano que de daba un aroma muy agradable y se me ocurrió agregar un poco de romero para suavizar el queso, espolvoreado con amaranto para decorar (pero creo que el amaranto no es para hornear, hay unas cuantas semillas voladoras al sacar los panes del horno).
La semana pasada en tiempo record hice mousse de limon, rollos de canela, arroz con leche y cheesecake. Tambien decoré unas magdalenas, pero como no las hice yo no cuentan. Cuando me baja la inspiración la balanza tiembla... yo no, porque no viene al caso lamentarse despúes de todo lo disfrutado.

jueves, 6 de octubre de 2011

Lluvia veraniega

Ya he dicho q me encanta la lluvia.
Veo unos relampagos hermosos que se reflejan en todo el cielo, iluminan a noche y no me importa, porque no necesito la oscuridad para dormir.
Los truenos no me gustan usualmente, pero anuncian que va a empezar a llover y por eso me suenan a buenas noticias. Comienza la expectativa y las sonrisas de emoción.
Mi corazón comienza a latir con mas fuerza y pienso en la probabilidad de salir a cazar relampagos, pero están tan cerca mio que en realidad no es necesario.

Ya lo he dicho antes: lo mejor es refugiarme en casa y darme la ducha caliente, preparar una chocolatada. Haré un refugio en mi cama y llevaré un libro agradable.
Estos pequeños momentos significan para mi la felicidad máxima.

sábado, 1 de octubre de 2011

Dejame hablarte de la depresión

Con los tiempos que corren es cada vez más común encontrarse con alguen que sufre de depresión y lamentablemente no solemos estar preparados para reaacionar correctamente. Hay veces en que gente muy bienintencionada hace mucho daño sólo por ignorancia.
Por eso me pareció importante compartir esta información que es muy apropiada y adecuada. Así la proxima vez podremos actuar mejor.

Para ayudar a un depresivo
  • Evitar tópicos que hagan sentir peor o incomprendido al depresivo con consejos que en ese momento le es imposible tomar y lo harían sentir peor y culpable. (No repetir esos "trata de sentirte mejor", simplemente ofrecer cariño incondicional)
  • No convencer al enfermo de que sus ideas no corresponden a la realidad. Mostrar comprensión y respeto por las vivencias del enfermo aunque no se esté de acuerdo. Mostrar la realidad.
  • No dar falsas esperanzas que hacen sentir que se subestima la angustia, llevándolo a sentir más desvalorado y triste. Expresar prudencia, solidaridad y apoyo, que sienta la compañía y el apoyo con frases que demuestran que se está dispuesto a ayudar.
  • Lo mejor que se puede hacer estar dispuesto a escuchar para que pueda sacar lo que tiene dentro.
Recordarle a la persona que:
  1. Su caso es común.
  2. Es curable si se sigue tratamiento.
  3. No es mortal ni enloquecedora, sólo dolorosa y a veces retardará un poco las capacidades.
  4. La enfermedad puede y debe ser tratada: puede ser un tratamiento largo, difícil y molesto, pero siguiendo las indicaciones la mayoría de las personas se recupera.
  5. Se pueden esperar recaídas, es parte de la evolución así que no hay que sobreestimar los buenos momentos ni desanimarse con los malos.
  6. Ser compasivos pero sin contagiarse por la tristeza o temores, fatalismo y pesimismo. No hacerlo sentir culpable.
  7. Colaborar con los objetivos del tratamiento: fijar objetivos modestos, concretos; observar que se cumpla la medicación impedir conductas autodestructivas y que se cumplan las prescripciones higiénico-dietéticas.
  8. Reconocer éxitos del enfermo, incluso los pequeños porque anuncian una mejoría más completa.
  9. Considerar los antecedentes y cómo supero algún episodio anterior para cuando haya recaídas, así se puede tratar de superarlo de la misma forma.
  10. Promover la esperanza, así disminuye la desesperanza.Es indispensable luchar contra el desaliento, no desalentarnos ni entregarnos aunque se tropice y se caiga. Empezar cada día desde el punto más alto.
Si eres una persona que está luchando con esta enfermedad, podría interesarte saber lo siguiente:

Consejos generales para superar o prevenir un estado de abatimiento:
  1. Realizar actividades físicas como caminata o gimnasia: producen endorfinas que disminuyen el dolor, la ansiedad, el nerviosismo y aumenta la sensación de bienestar mental.
  2. Oxigenar el cuerpo y tener contacto con la naturaleza: al oxigenar el cerebro se experimenta una sensación de calma; se puede hacer ejercicios de respiración, de preferencia al aire libre.
  3. Dieta saludable sin tóxicos ni estimulantes: estimula el apetito y mejora la nutrición.
  4. Evitar el aislamiento, soledad y pasividad: no encerrarse en los propios problemas, compartir con los demás; estar aislado altera la química del cerebro favoreciendo emociones y pensamientos negativos, no hay que dejarse estar en cama aunque cueste.
  5. Expresarse ante los que nos rodean: idealmente estableciendo relaciones satisfactorias con los demás, al expresarse se alivia la aflicción y el desánimo y además los demás pueden saber cómo ayudarnos; el apoyo social es uno de los remedios más efectivos para combatir el desánimo.
10 sugerencias concretas: (Cuando están en medio de un mal momento)
  1. Luchar contra pensamientos pesimistas: desarmar la tríada cognitiva” ideas negativas sobre si mismo”, “interpretar el entorno en forma negativa” y “ver el futuro de manera negativa”, detectando los pensamientos negativos y luego confrontándolos con las evidencias o datos de la realidad para demostrar su insensatez, luego combatirlo con ideas optimistas.
  2. Controlar los circuitos de ideas negativas: los pensamientos perjudiciales que se nutren entre ellos reforzando las ideas negativas y llevando a un circulo vicioso; es necesario romper los circuitos de ideas que exageran los hechos negativos que subestiman o devalúan la importancia de los hechos positivos. Al cambiar de actitud se cambian los hechos.
  3. Evitar los pensamientos absolutistas de “todo o nada”: que se centran en extremos polarizados, introducir matices.
  4. No castigarse y autocensurarse: contrarrestar la autocrítica reemplazándola con autoafirmaciones positivas y de apoyo, dejar de enfatizar defectos y errores y reconocer virtudes para la acción y construcción de futuro.
  5. Rehuir los “deberes”: que se transforman en inalcanzables al crear expectativas desmedidas y cambiarlos por “preferiría” que se relaciona con aspiraciones y metas que se necesitan alcanzar en vez de exigencia opresiva y despótica.
  6. Prescindir de situaciones desagradables y estresantes: no concurriendo a lugares o actividades que fomentan la depresión.
  7. Reconocer los valores y virtudes propias: características que pueden estar enterradas por depresión y son parte del camino al bienestar.
  8. Aprender a disfrutar y tener satisfacción en lo que uno hace: disfrutar las cosas buenas que hay disponibles en la vida, para ello hay que empezar por reconocerlas.
  9. Promover la esperanza: luchando contra la desesperanza, desarrollando confianza en las propias fuerzas; estimular los recursos personales y movilizar las fortalezas anímicas y espirituales… creer que las cosas estarán bien aunque no se sepa cómo (pensar “esto es sólo una etapa”)
  10. Darle sentido a la vida: hacer planes y construir un sentido de propósito enriquece la vida y la hace más placentera.
Fuente: "Sea feliz. Cómo vencer la depresión y controlar la ansiedad". Mario Pereyra, Carlos Mussi. Cap 3 'Cómo vencer la depresión'.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Cuestión de acento

En todo el tiempo que llevo acá en Argentina nunca se me ha pegado el acento... será que hay gente de tantos paises diferentes y tan pocos porteños que al oido no le alcanza el impulso para imitar algún acento en particulas. Y por lo menos las "LL" las tango tan marcadas que me reconocen como chilena a kilometros.
Pero hay una instancia en la que por lo menos los tiempos verbales se me pegaron: al hablar con los pacientes. No es algo que haya razonado o internalizado, pero especialmente en pediatría este año me fluye el "vení para que te revise", "¿tomás los remedios?" o "¿qué sentís?".
Y tengo una buena excusa: hay que trasmitir confianza, los pobres pacientes ya se sienten suficientemente mal como para además preocuparse por lo que le dicen (y quién lo dice); en esos momentos donde se siente vulnerable lo menos que se puede haces es empatizar con el acento, ¿no, che?

jueves, 29 de septiembre de 2011

Borrón y cuenta nueva

Nuevamente es Rosh Hashana, y comemos manzanas y miel y deseamos que el año que viene sea bueno y dulce... y vaya que me hace falta un año dulce.
Esto de los años nuevos me encanta, la oportunidad de hacer balances y recuentos y decidir que es un buen momento para ignorar los errores y partir de 0... over and over again. Para tomar una decisión no hace falta que sea año nuevo, pero ayuda mucho. Y creo que lo mejor de Rosh Hashaná es que es como el pre-balance para el 31 de diciembre, así cuando llegue el 1 de enero tendré una orientación y el rumbo en marcha, no será como tratar de romper con los viejos habitos de la nada. Porque por mas que uno tenga toda la buena intención, los cambios bruscos no resultan (por lo menos a mi no), así que si llegamos con pasos avanzados es más facil cumplir los propósitos.

A todo esto, mis predicciones para este año han resultado bastante acertadas, pero aún puedo corregirlo. Y los verdaderos propósitos no enunciados siguen luchando por convertirse en parte de mi rutina.
Así que aquí voy 5772, no te tengo miedo y estoy con un gran arsenal de manzanas para enfrentarte.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Aviso de utilidad pública

Las peliculas son ficción. Incluso las que dicen "basadas en hechos reales" tienen los hechos modificados y no son exactamente como ocurrió en la vida real. La vida real supera cualquier ficción.

Con estos 3 puntos en mente quiero solicitar a la gente en general que no intente comportarse como en las películas... debería incluirse en los creditos alguna frase como "no intente hacer esto en casa".
Porque no se puede negar que el cine ejerce una gran influencia, y lo que vemos nos queda en la mente; y a veces lo imitamos sin darnos cuenta.
Esto vale para muchas situaciones: las "magicas" historias de amor, las aventuras que no dimensionan el peligro y con una estrategia de rescate tirada de mechas arreglan lo inarreglable, incluso las historias de valor y perseverancia que te inspiran a perseverar a costa de tu rodilla. Y este último ejemplo lo puedo respaldar con hechos concretos; como dije, la realidad supera la ficción.
Hace algunos años acompañé a mi hermano Rodrigo a una competencia de judo y había un chico en una categoría X que se notaba que venía de lejos y quería esforzarse, pero después de algunos combates se notaba incluso de lejos que tenía problemas en una pierna. En un momento lo vi ponerse una venda en la rodilla y volver a prepararse. Ahora viene la parte complicada, porque parece que el entrenador habló con él pero no lo suficiente, o el chico no dimensionó su situación; los combates era a 3 asaltos (no tengo idea de como funciona el mundo del judo, perdon por cualquier error de relato que pueda estar cometiendo) y luego del primero se notaba cada vez mas cojo y con menos apoyo. A mi desde la distancia y lo imparcial me pareció que lo mejor que podía hacer era retirarse, total era claro que iba a perder y mejor perder con la rodilla en buen estado. Pero no se si es por la mentalidad de los hombres, de los judokas, el sentido del honor o qué, parece que esa opción no existía. Así que lo ví caer luego de los intentos siguientes y terminar con la pierna inutilizada. En un momento lo vi en las bancas aplicandose hielo, con cara de dolor y conteniendo las lagrimas, no sé si por el dolor o tambien por la situación y la impotencia.

El año pasado en el viaje de regreso a mi casa pusieron la nueva versión de la película karate kid (¿cómo pudieron arruinar así una pelicula clasica que me acompañó en mi infacia! critica paralela y aparte del tema) y entonces entendí muchas cosas y muchos malos ejemplos que están en nuestra mente.
Deberían prohibir las películas en que el chico por puro orgullo pelea atentando contra su salud. Nadie te explica después todo lo que conlleva el proceso de rehabilitación, lo dificil y doloroso que es, que nunca vuelves a tener las mismas capacidades. Recordando el chico del ejemplo, si se hubiese retirado a tiempo habría conservado mejor la rodilla y podría haber participado en otra competición en poco tiempo, después de todo en la actual ya no había nada más que hacer.

Claro, quizás no entiendo nada de compromisos ni orgullo y veo todo desde la distancia. Pero alguien necesita tener un enfoque pragmático, ¿no?. Si quieren darle un aire de espectacularidad a su vida al estilo de las peliculas, escogan una buena banda sonora.

sábado, 24 de septiembre de 2011

La mala suerte de llamarse Sara

No me malinterpreten, por favor. Me encanta mi nombre, creo que es el nombre mas lindo del mundo y no me imagino siendo ninguna otra persona que Sara... no siento que pudiera responder a ninguna otra forma de llamarme, y creo que soy afortunada de que mis padres hayan escogido un nombre lindo (suena como estilizado, como volatil pero consistente) y aún más afortunada de que me guste. Hay mucha gente que está disconforme con el suyo, pero a mi siempre me ha gustado como suena Sara, me siento cómoda con él.
Entonces, ¿de dónde viene la mala suerte? aparte de que nunca faltan los graciosos que me preguntan por Abraham, claro. Pues de eso mismo: del peso de la historia.
Resumen rápido para los que no se acuerdan del contexto bíblico:
Sara era una mujer muy hermosa, esposa de Abraham y no podía tener hijos. Necesitaban un heredero y en vista de que el tiempo pasaba ideó su propio plan: darle su criada al esposo y adoptar el hijo que ésta tuviera... total era una usansa común en la época. Pasaron los años, ya no había opciones de que tuviera su propio hijo y entonces Dios confirma la promesa del 'heredero esperado' (uno escrito así con mayúsculas de lo importante y anhelado que era); ella dudó y se rió, y quién no en su situación y con su perspectiva tan humana. En menos de un año nació este Hijo de la Promesa. Y para contar la historia completa aunque no es tan agradable hay que agregar que hubo feas peleas familiares con el hijo anterior que ya no sería el heredero y un largo etc. que no es el punto de hoy.

Así que aquí estoy. Uno suele buscar cuál es la historia de la gente que comparte tu nombre, por lo menos yo lo hago y desde chica me contaron la historia; quizás no con todos los detalles desde el principio, y luego tardé un poco más en procesar todas las implicaciones de los actos. Y entonces recibí el peso de la herencia de las acciones de otros que han trascendido en la historia, y al caer en cuenta que son acciones tan básicas y comunes en cada ser humano tomé mayor conciencia de las veces que actúo así tambien. Y por más que me esfuerzo siempre tengo miedo de cometer esos mismos errores en particular... porque siempre nos estamos equivocando, pero hay hechos a los que les damos más importancia que al resto y castigamos más según alguna escala de valores en nuestra mente y persona (un hombre puede ser estafador y violento, pero algunos se centrarám en criticar su personalidad y otros su actuar).
Los míos (hechos, acciones criticables a los que me refiero) son gracias a la herencia de esta distinguida homologa
  • ¿Seré capaz de confiar en el plan de Dios, o me adelantaré con alguna estragia propia y aparentemente brillante?
  • ¿Cómo sabré que estoy actuando correctamente?
  • ¿Dudaré cuando se me diga qué hacer?
  • ¿Hasta donde repercutirán las concecuencias de mis actos?
María Teresa Budge escribió "nuestras sombras son mas grandes que nosotros mismos". Cuando ya no viva aún quedarán las concuencias de mis actos, de las ideas que inspiré en otros. Eso es demasiada responsabilidad. Es por eso que me preocupa llamarme Sara y actuar como mi antecesora biblica.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Discurso de agradecimiento

La película termina, el público no sabe cómo reaccionar a lo que acaba de ver (la propaganda decía basada en hechos reales) y finalmente empeiza a aplaudir. Tanto, tan fuerte, tan emocionados que como guionista (y co-protagonista) no me queda otra que aparecer.
- Queridos todos, gracias por su apoyo. Es cierto, parece increíble pero esta historia está basada en hechos reales y la verdad es que bastante recientes. Mas concretamente sucedieron esta mañana y fue tanta la potencia de lso hechos que me han inspirado para producir esta película.
Y ciertamente con mi compañera y amiga Paulina queremos repetir los agradecimientos a aquellas personas que permitieron que esta historia de terror pudiera terminar como una anecdota con final feliz: En primer lugar a don Julio, que desinteresadamente nos prestó su celular a pesar del poco credito que le quedaba aunque nuestra historia sonaba increible; y por supuesto, nuestra eterna gratitud a Chally que llegó a tiempo para el rescate, sin su buena voluntad y disposición el final podría haber sido muy diferente (y de pronostico reservado).

Ahora queridos lectores, ¿quieren saber de qué estoy hablando?
"ABANDONADAS EN LA COLONIA". Película de terror protagonizada por Pau-Pau y esta escritora loca, en la locación de un hospital siquiatrico público para hombres. Una historia de incomunicación, decisiones no muy acertadas, gran estrés y suspenso y un final feliz... (ajá, me encantan los spoilers, es algo superior a mis fuerzas... pero considerando que estoy dando un discurso de agradecimiento y en la seguridad de mi casita no es tanta la novedad, ¿no?).
He aquí la historia:
Había una vez dos estudiantes de medicina que estaban haciendo sus practicas de siquiatría en La Colonia, un lugar no muy agradable para pasar mas tiempo del necesario. No por los locos en sí, sino por todo lo que está implicado: el agrupamiento de los pacientes, las instalaciones viejas, las condiciones precarias; las historias personales de cada uno.
Un día lluvioso luego de un parcial estas dos chicas no pudieron entrevistar adecuadamente su paciente, así que decidieron ir a buscar la Historia Clinica Principal y descubrieron verdades escalofriantes. Con el ánimo alterado regresaron al pabellón para reunirse con su grupo y descubrieron que no había más estudiantes ni profesores... y estaban incomunicadas porque una no tenía saldo para llamar (ni la opcion de pedir el credito de emergencia que ofrecen las compañias) y la otra piensa que el celular sirve principalemtne como despertador y suele dejarlo en cualquier parte.
Al preguntar en la entrada se enteraron que los 3 transportes ya se habían ido: ¡estaban abandonadas! un miedo constante en las mentes de muchos a la hora de las practicas, pero que no se comenta y se hace todo lo posible por evitar. El portero amablemente les prestó telefono para llamar a una compañera, la única que se podía contactar en esa situación: el número memorizado gracias a los mensajes enviados desde internet, ya que los numeros del otro celular no correspondían a nadie del transporte en que se suponía que viajaban...
Entonces sucedió lo impensable que apagó las esperanzas del rescate: el profesor criticó la ausencia de las chicas y simplemente les dijo que preguntaran al personal cómo llegar a la terminal.
Caminar hasta la terminar no habría supuesto problemas, pero ambas estaban sin dinero para comprar pasaje... esa mañana antes de salir cada una por diversas razones en su residencia optó por no llevar dinero (en realidad quien les habla había salido con algo de dinero que era menos de lo necesario para un pasaje y lo había gastado en comida). Así que analizando las opciones decidieron regresar a su pueblo caminando, después de todo estaba a sólo 15 kilometros y la llovizna no era tan fuerte. Podrían haber hecho dedo, pero las revelaciones de la historia clinica no invitaban a confiar en desconocidos.
No habían avanzado mucho cuando una de ellas sugirió que podría pedir ayuda a su tío. ¿Cómo contactarlo? ¿regresar a la colonia? Mejor probar a pedir ayuda en la panadería que estaba justo al frente, total no había nucho que perder ya.
Y ahora comienza el final feliz: el dueño del local les cede su celular a pesar de que no le queda mucho saldo y no está seguro de que alcance para toda la llamada. El tío entiende la situacion y dice que irá a buscarlas. Durante la espera (que no fue tan larga pero se hizo eterna) conversaron con don Julio que las dejó esperar dentro de la panadería. dejó de llover y salió el sol. Chally llegó a buscarlas y alcanzaron a estar antes de almuerzo a salvo en sus hogares.
¿A que no es para darle un Oscar a todos?
Proximamente en el cine de tu ciudad.

sábado, 3 de septiembre de 2011

I am golden

Aunque este invierno no fue el mejor de todos lo que he vivido, y definitivamente no fue tal como yo quería, hay algo que tengo que reconocer publicamente y destacar. Porque si ya he escrito todo lo no tan agradable, tengo el deber moral de equilibrar la balanza y contar algo que me anime; no soportaría ser de esas personas que escriben sólo los pensamientos tristes para desahogarse y luego los dejan circulando por ahí y arriesgando a bajarle el animo a cualquier lector desprevenido.
He entrando en contacto con mi lado dorado y brillante. Y no estoy loca ni me converiré en bailarina exotica.
El asunto fue así: me encanta MIKA, a veces repito varias veces alguna canción suya que me da vueltas en la mente; pero durante la visita de mi hermano éste se malinfluenció por mi un dí que había puesto algunas canciones y a su regreso en lo que se supone que es la seguridad de la casa en Chilea salvo de mis malas ideas (mentira, si internet nos hace vulnerables a las malas influencias independientes de la localización geográfica) siguió escuchando más canciones del susodicho artista. Y entonces me regresó la pelota convertida en una bola de nieve aún más grande, me hizo ponerle atención a la canción "We are golden", y creo que desde entonces batí los limites de repeticiones aceptables para escuchar una canción. Luego me vengué claro, devolviendole más canciones y aún mas pegajosas, pero el daño ya estaba hecho, varias semanas sin poder parar de escuchar a MIKA. Y no puedo hecharle la culpa a los mensajes subliminales que pueda tener su musica, que seguro que están en otras tantas canciones que no se me quedan pegadas, es simplemente que él tiene demasiado magnetismo y más personalidad de la normal en una sola persona.
Así que repitan conmigo: We are not what you think we are, we are golden, we are golden!
Ajá, ¿ven que bien se siente?
Claro que no hay como esa pronunciación tan particular: ggoOolldenn

domingo, 28 de agosto de 2011

El día después del cumpleaños

He sobrevivido a mis 25 años y si ningún camión me atropella o sufro algún otro tipo de accidentes en 3 días podré decir que sobreviví a agosto (odio cuando los ancianos dicen "sobreviví a agosto", pero es verdad que es el mes que hay que cuidar).

Ahora tengo 26 y ya no es un numero redondo ni puedo decir que tengo un cuerto de siglo.
¿Se supone que debería ser mas madura? No siento nada diferente, de hecho no sentí siquiera que hubiera sido mi cumpleaños a pesar de los abrazos apretados de Karo (tan linda ella con sus pocas fuerzas hacía su mejor intento por estrujarme como mi pequeño hermano gigante) y las preguntas de Kari acerca de si estaba bien.

Los meses previos hice varios balances rápidos para que el recuento tipico no me tomara tan de sorpresa y salía librada por los pelos. Definitivamente no puedo decir que haya sido un año plano, pero la cuenta finalnos deja en el punto de equilibrio: a grandes crisis, grandes superaciones. Quizás por eso no me parece que el sólo hecho de cambiar de edad implique un cambio personal.
También hubo torta por adelantado gracias a Kari que cumple justo antes que yo y mas adelante me ocuparé de autorregalarme algo que me guste. Y me saludaron las personas justas que quería.
Más adelante organizaré algo... las ideas rondan por mi mente. Cualquier locura será relatada aquí como ya es tradicional, por supuesto.

sábado, 13 de agosto de 2011

Fin del receso de invierno

Ajá, las clases empezaron lentamente, los animos están en recuperación, el periodo de exámenes quedó atras.
Se supone que la rutina debería regresar, pero la sombra del fracaso desanima los intentos de recuperar la vida normal de antes de antes de las vacaciones.
Porque me fue mal. Me presenté a un solo examen y fracasé. No me gusta usar el blog para desahogos tragicos y lacrimogenos, pero los hechos son así y no sé como decirlo de otra forma ni pintarlo de un modo más optimista. Y tampoco es facil armarse de valor para admitir y comunicar la situación, por eso desaparecí por tanto tiempo.

Luego no se que sentido tiene intentar contar más cosas. Y la concentración tampoco avanza. Los animos se fueron de paseo y las ideas no se quedan el tiempo suficiente para tomar la forma de una entrada y poder ser publicadas.

¿Qué será de nuestra desquisiada narradora en lo que queda del año? Por favor acompañenla con paciencia. Y sean amables con ella.

lunes, 11 de julio de 2011

Soy una nerd

A petición de Karo y por gentileza de mi hermano Jaime hago una pausa en mi claustro de estudio invernal para desvariar acerca de de detalles cotidianos de mi vida. Esta entrada podría llamarse "100 usos del vinagre", pero considerando que hace poco puse un numero grande en la forma de comerse una media luna he optado por un título relacionado tangencialmente con los sucesos y que es mucho más impaxtante y atrayente... y que de paso no es ninguna mentira, porque sí: efectivamente soy una nerd que ama buscar toda la información disponible en los libros.

El asunto es que la semana pasada me decidí a buscar información acerca de cómo quitar manchas de oxido, porque para toda pregunta que te hagas alguien ya escribió la respuesta y lo más probable es que la encontrarás gracias a Google... todo tiene su técnica para ser hecho de la mejor forma y más eficiente, así que si no sabes cuál es búscala y te ahorrarás mucho tiempo a futuro.
La respuesta a mi pregunta se basaba en un simple principio quimico y luego ya todo lo demás eran variantes. La solución de todos los problemas de oxifo es el vinagre o el jugo de limón; considerando el precio de los limones y la accesibilidad, nos decidimos por el vinagre.
De paso me dediqué a leer otros artículos relacionadon con la mejor forma de hacer el aseo y me sentí feliz de ver que mi rutina de limpieza tiene un muy nivel y sigo prácticamente la mayoría de los consejos para una buena limpieza: de ariba hacia abajo, con menos grasa primero, los materiales que se usan, etc... ahora puedo decir que mi tecnica de limpieza es certificada ;)

Y cómo prometía al principio: usos del vinagre, porque en artículos relacionados encontré de todo y me di cuenta de que es realmente un producto muy versatil.
  1. Karo dijo que no me olvide de mencionar que para "desinfectar frutas y verduras" y es verdad, y lo pongo lo primero para no olvidarlo. Mucho más seguro que la lavandina o cloro, sólo dejarlos remojando un tiempo y luego enjuagar.
  2. Un enjuague con vinagre en el pelo y queda muy brillante. Este puedo recomendarlo porque lo probé cuando era chica.
  3. Para preparar arroz para sushi. Vale, que la receta es con vinagre de arroz, pero la diferencia ni se nota y el presupuesto lo agradece.
  4. Marinar carnes: porque las ablanda al reaccionar con las proteínas... quimica, pero no me pregunten porque no lo he probado (soy vegetariana)... pero supongo que hay que cuidar que no se pase la mano y lo cocine entero, como se hace con la carne fría o tártara que se "cocina" al limón.
  5. Preservar mayonesa, salsas, etc. Probablemente porque las bacterias no pueden vivir en un medio tan ácido.
  6. Al endurecer huevos agregar un chorrito de vinagre y así si alguno se triza igual mantiene la forma y sale más fácil de quitarles la cáscara.
  7. Fijar los colores de las tinturas de telas. Sin comentarios, de momento lo único que había visto era la sal... así que con vinagre dejamos la ropa bien aliñada y si no pega el color por lo menos tenemos una rica ensalada.
  8. Más de colores de telas: remojar 10 minutos la ropa en vinagre antes de lavarla y así se mantiene en color.
  9. Para hacer aromatizantes de ambientes. Mezclar con esencias y agua y poner en el difusor.
  10. Para mantener la intensidad de las especias en las tortas. Remojar en 1 taza de vinagre la canela, clavo de olor y todo lo que se vaya a agregar y agregar todo a la mezcla. el vinagre se evapora, no deja olor ni sabor y las especias me acentúan (no he pododo probarlo, pero quimicamente debería funcionar).
  11. Sacar el sarro de la tetera, el herbidor, etc.
  12. Para limpiar vidrios: 1/4 taza de vinagre en 4 tazas de agua y secar con papel de diario, mejor que cualquier desengrasante.
  13. En base a este mismo principio antigrasa: mayor duración del esmalte de uñas. Untar un algogon con una gota de vinagre y pasarlo antes de aplicar el esmalte.
  14. Mas consejos de belleza con vinagre: mezclar a partes iguales con agua y humedecer un algodon y pasar por la piel, saca las células muertas.
  15. Agregarlo al último ciclo de la lavadora y quita los malos olores y deja la ropa sin estática.
  16. Sacar malos olores en general: pescado, cebolla de los platos o al cocinar. Para limpiar la heladera o re-usar frascos con un olor dificil de quitar (este debería valer por 3 usos por lo menos).
  17. Siguiendo confunciones desodorantes: quemar vinagre elimina olores de la habitación, del microondas, etc... y el olor a vinagre desaparece rápidamente.
  18. Herbicida: Mata malezas en el jardín (y las plantas de alrededor)... para los yuyos que crecen entre las baldosas.
  19. Limpiaza de peceras... sin peces adentro, claro.
  20. Hacer hervir y saca manchas incrustadas en los azulejos del baño. Nunca más me expondré al ácido muriático y sus residuos tóxicos, lo probé y fue casi mágico cómo se llevó todos los restos de sarro... y lo mejor es que era el vinagre que había usado para limpiar el hervidor, así que maté 2 pájaros de un tiro.
El resto de los usos podría decirse que son variaciones de esto mismo Disfruten, economicen, reusen y vivan más seguros.

lunes, 4 de julio de 2011

Suerte vs. éxito

Hace mucho tiempo en el colegio era normal que los profesores nos desearan suerte antes de iniciar una prueba, y luego empecé a notar que todo el mundo prefería que le desearan exito porque "la suerte es para los mediocres".
Vale, es un buen punto considerar que si estudié lo lógico es que me vaya bien; además el exito se refiere a conseguir el resultado final esperado... pero ¿que tiene de malo desear un poco de suerte?
A estas alturas de mi vida me he dado cuenta de que se necesitan casi partes iguales de suerte que de perseverancia-constancia-estudio.
Oh, si: otra herejía de mi parte. Pero dime sinceramente, ¿de verdad consigues dominar absolutamente todos los temas de las 200 paginas que entraban en el parcial?¿para cada uno de los parciales de la semana? Porque simplemente yo no. Quizás para el examen final de la materia tenga nociones de todos los temas, pero nunca seré experta en todo (y menos con los libros de 1500 paginas que se supone que son la guía).
Lo más trágico es cuando privilegias estudiar el típico tema que no preguntaron, o que justo el único tema que no estudiaste era la pregunta demás puntaje. Trágica vida... ¿qué decíamos de la suerte?
Entonces, si no te gusta el término "suerte" una amiga hablaba de la misericordia divina... que al final es la que pone tus pobres esfuerzos en la perspectiva correcta.

viernes, 1 de julio de 2011

6 meses de desfase

Como se habrán imaginado ante este tiempo de silencio (o quizás no, ya que no es la primera vez que desparezco por largos periodos) estaba con muchas exigencias académicas; y si a eso le sumamos que no tego fácil acceso al computador, menos a internet, se han perdido los registros de mis múltiples aventuras.
Porque tengo que admitir que, a pesar de toda la presión, este fin de semestre ha sido más divertido que todos los anos anteriores. Estoy llena ideas locas (tampoco es que sea una gran novedad para algunos, pero de verdad es más de lo habitual), planes que me llenan de ilusión e historia de un mes muy interesante. Quizás se las cuente un día, pero ya se ha visto que lo que no escribo a tiempo rara vez se publica.
Lo que quería contar del día de hoy es relacionado con el último parcial del cuatrimestre.

Esta manana muy tempranamente rendí mi último requisito para considerar cerrado el cuatrimestre, aún quedan 2 días de clases pero ya no hay presion ni exigencias académicas. Lo que podríamos traducirlo como FREEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!! libre al fin.
Ha sido un poco cansador, por lo que desde ayer a la hora de almueryo estoy diciendo a todos los que me rodean "manana a esta hora estaremos de vacaciones" o "me voy a dar vacaciones hasta el lunes, no pienso estudiar el fin de semana". Pero al estar libre hoy y recibir los resultados de una materia y hacer un rápido balance de este periodo del ano me di cuenta que no podía simplemente dedicarme a celebrar, que no es mérito mio (porque hay que admitir que mi esfuerzo aunque fue lo más que pude dar no era suficiente) y que deberá dar gracias a Dios.
Qué hacer para decir "Gracias Dios por ser tan bueno conmigo!"? Cómo reconocer lo grande que es? Lo primero que pasó por mi mente fue el canto "gloria", pero era un villancico... y qué más da.
Así que seguí recordándolo en la tarde, y lo más entretenido es que en esta onda navidena tan feliz y pegajosa luego se sumo Kathi con más villancicos en alemán. No entiendo una jota de alemán, pero la música es la misma y me encantan los cantos navidenos. (Y ya se imaginarán que para mi el idioma nunca me ha complicado ni limitado, seguro que los visitantes frecuentes lo leyeron hace poco también)
Qué más puedo decir, no es justo relegar esos lindos cantos sólo a diciembre y quizás semanas previas por motivos comerciales. Me han hecho muy feliy hoy, quizás precisamente porque el mensaje es "regocíjate!".

(PS: no es que me haya olvidado de ciertas normas de ortografía, simplemente este teclado no tiene todos los signos de exclamacion ni letra enie (entiéndase "n+~")... ya les comenté que mi compu volvió a morir, no? y estoy agradecida que me presten este que por venir de donde viene no tiene por qué tener esas teclas)

viernes, 17 de junio de 2011

Nunca sabes para qué te servirá saber...

... muchas cosas de las que estudias, pero hay veces que te encuentras usando conocimientos o habilidades que siempre pensaste que era un hobby inutil.
Y resulta que esta semana en las practicas de cirugía y las de ginecología tuve que recordar las pulseras de macramé para hacer los nudos y me di cuenta que el bordado era una habilidad más útil de lo imaginado.
Ahora sólo me queda averiguar en qué moemnto de mi vida aplicaré los extraños conocimientos de tinturas de pelo y resto de estética que poseo...