También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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miércoles, 31 de octubre de 2012

El otro dia vi una vaca

Tengo el honor-orgullo-placer de presentarles el cuento ganador del Concurso de Cuentos 2012 organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad del Desarrollo. Gracias mis contactos con el reputado autor del cuento hoy mi blog tiene algo interesantísimo que contar.


Un día vi una vaca vestida de uniforme” dice el profesor de matemáticas, con su nariz grande, su tremenda barriga, sus ajustados pantalones y sus regordetas manos que golpean la pizarra con el plumón, achatándoles la punta; de seguro en dos semanas más va a tener que comprar uno nuevo. “Apréndanse esto y no tendrán problemas para la prueba...” dice mi profesor de matemáticas y sigue hablando con su mirada suplicante aunque yo ya no escucho. ¿Pero qué le pasa? ¡Una vaca! Y vestida de uniforme. A veces creo sentir el mismo dolor que siente él en la sala de clases, se le nota desde que cruza la puerta. Veo a la gente pasar en-piloto-automático-estado-zombie (como me gusta llamarlos), tratando de salvar el día (o de que termine luego, al menos). Veo a mi madre llegar cansada todos los días (nunca la veo irse), no veo a mi padre por ningún lado, y veo a mis demás compañeros, como yo, con los ojos abiertos pero absortos en las inmensidades de quizás quién sabe qué. Veamos: La negrita... no sé si habrá alguna inmensidad ahí dentro precisamente, por ahora lo único que sé es que nadie le quita los audífonos y se pasa escuchando canciones-basura-sexuales-denigrantes. ¿Para qué viene si ya quedó embarazada? ¡Por favor! ¿Nadie le avisó que existían los condones? Si hasta incluso los regalaron el otro día, en esas charlitas que vienen a darnos a los niñitos pobres de por acá; la pobre practicante para asistente social llegó algo atrasada a decirnos esas cosas, yo diría que atrasada unos cuantos años, pero al menos sirvió para perder clases. Igual es bueno que venga la Negra a clases, total, ya estamos terminando cuarto y a fin de cuentas los profes siempre logran hacer que alcancen las notas;
¿y después? desaparecemos y nos fuimos de acá por fin. Ojala que la pobre negra encuentre trabajo afuera. ¿Ramoncito? Se la pasa con la pelota todo el día, pelota para arriba, pelota para abajo; dice que quiere ser futbolista. El otro día fue a la católica a ver si lo aceptaban, dice que iban muchos cabros rebuenos para la pelota, y que si no lo aceptaban se mete a carabineros… pero igual yo creo que ya está algo atrasado para entrar y que tiene que estudiar algo, parece, para poder hacerlo: si a carabineros no entras chuteando la pelotita nada más, o al menos eso dicen. Igual es triste Ramoncito, el otro día en la micro me regalo un papelito, dijo que su hermano le dijo que los regalara; y dijo que igual si no quedaba en nada puro iba a vender papelitos no más, como su hermano; que era más fácil, que así podía tener más “blin-blin”, “minitas ricas” y “un buen toco”, y que “demás le alcanzaba pa' los broca cochi”. Ruego a Dios que si llega a tener esa vida Ramoncito, por favor no tenga hijos. En verdad es triste Ramoncito, con lo bien que juega a la pelota. El Pelao Fermín, ese sí que sabe, terriblemente aplicado, eso es tener una abuela preocupada: nunca falta a clases, siempre lo acompaña caminando y siempre lo espera en la puerta; siempre le hace comidita rica y no almuerza lo de acá, siempre con su cajita de mantequilla, el pela’o; y él la quiere mucho parece, se acompañan mutuamente, me tinca, se cuidan los dos. El pela’o quiere ser contador, dijo; dijo que no es muy caro y que le gusta, dijo que va a poner un almacén con su abuela y que va a ser un tipo de plata. Yo le creo al pela’o, aunque pucha que la sufre: el otro día la abuela se le cayó y esta semana ha estado llegando solo, el pela’o. No vaya a ser que le pase algo más grave a la pobre señora y el “almacencito” y “la contaduría” se queden ahí no más. Él sí que tiene una inmensidad en la que estar absorto. Además de aprenderse todo, los trabajos de arte le quedan increíbles. Igual no creo que esté entendiendo esto eso sí: tratándose de nosotros es como mucho whiskas pa’ tanto gato tan calleja. A estos profes nuevos que llegan motivados es cosa de quedarnos sentados y que se den cuenta de lo que hay en nuestras cabezas para desmotivarlos, a este de ahora démosle un mes más y van a ver que sale destruido el pobre. Aunque el dolor en sus ojos se nota, pero no todos lo ven, en una sala con 50 alumnos es imposible que todos noten algo; pero yo lo veo. Ahí está el dolor, paseándose frente a sus ojos, diciéndole que la corte, que por muy “electivo matemático” que sea esto, muy lejos no va a llegar. Parece que tan mal hombre no es, pero pucha que le duele, parece.
Se llama mnemotecnia...” sigue diciendo, “ustedes se aprenden algo entretenido, como una vaca vestida de uniforme (sonríe, para afuera, pero lo hace) lo relacionan y ya saben más o menos como integrar, después lo van a entender...” ¿Integrar? ¿Integrar qué? Si para esto primero tenemos que saber otras cosas, pues hombre, como esas cosas de ecuaciones y eso; esto creo que lo había escuchado más o menos antes, en la tele no sé donde. Creo que nadie le aviso al pobre al curso que llegaba y por eso tanto dolor también, ¿y eso de que después lo vamos a entender? Eso más que afirmación me suena a una plegaria de rodillas desde el fondo del corazón. Además que ¿no es ahora cuando lo debiéramos entender y no después? ¿y cómo lo vamos a hacer ahora o después si no tenemos idea de nada? No sé, no sé, no sé, yo creo que éste es uno de los que realmente quería enseñar, pero se encontró con nosotros, los que queremos calidad en la educación pero la queremos no más, porque lo que la sociedad nos echa pa' dentro es cualquier cosa: Que somos pobres, que vivimos en bloques, que somos flaites, que somos negros y flojos, que nos dejemos de tirar piedras. ¿Y qué más quieren que tiremos?, ¿ideas? ¿Qué ideas? Si la biblioteca está pelada, con suerte encuentras libros para la básica. ¿Qué ideas vamos a pensar? Si andamos con la guata pela' todo el día salvo por el almuerzo que regala el colegio… y yo no entiendo cómo mi mamá se puede poner gorda puro tomando té y comiendo pan con na', además que se pasa el día planchando, caminando casa por casa. Por suerte a las patronas les cansa planchar.
Ya, ya, basta; quiero detener esto un momento por favor. Me duele, me duele mucho y me duele fuerte, me duele el colegio, me duele no saber, me duele no entender, me duele mi madre, mi duele la negra, Ramoncito y el Pelao Fermín y su abuela, me duele no creer más en que puedo estudiar. ¿Y qué hago con este dolor ahora? ¿A quién le tiro una piedra para detenerlo? Me duele que me usen para levantar una consigna llena de basura política y que no me enseñen lo que realmente quiero aprender, porque ya no lo aprendí, porque voy a tener que trabajar con caca por un moco mínimo de plata. Me duele porque me buscan los interesados en mí por lo que se me puede explotar o el voto que puedo dar, pero no en lo que pude llegar a ser si realmente me hubieran enseñado de chico. Lo que más me duele es que después de haberme mentido toda la vida, de haberme dicho que acá me iba a quedar y que nunca iba a salir, al último año llegara alguien que me dijera todo lo contrario, llegara alguien con libros propios a compartirlos, llenos de números incomprensibles; y me dijera que sí puedo pensar y que sí puedo llegar lejos. Me duele que no hayan más como él por acá, que no hayan más como él en mi familia. Me duele que me hayan matado por dentro todos estos años, que todos hayan roto nuestros sueños, y me duele mucho más que me vengan a tratar de resucitar así sin más, sin aviso ni preguntar, cuando ya quedan un par de meses para tirarme a lo que sea que hay afuera, que ya lo tengo clarito, pero que todavía no quiero pensar en ello. Me duele que sea uno solo el que haya venido, el que haya entrado acá con el valor de hacerlo, de decirme la verdad y de confiar en mi; y me duele que sea ahora, y me duele aún más el saber que si nadie le pegaba al otro viejo de matemáticas, entonces este otro nunca llegaba. Señores, me duele el alma, o lo que digan que sea que hay ahí dentro.
“Miren, para los que quieran, podemos quedarnos una hora más después de clases...” Todos se empiezan a reír. No me quiero quedar acá un minuto más de lo que me obligan, en verdad, muchas gracias pero no; ya es mucho el dolor, y ni siquiera vagar un rato me lo quita, prefiero irme derechito pa' la casa. Vámonos todos ahora mejor, que no se note que queremos ser enseñados pero tenemos miedo de hacerlo, tanto miedo tenemos que la inercia de nuestro temor nos une a todos y nos lleva por el camino de no querer hacerlo. Vámonos todos ahora, total lo que perdemos es no saberlo, ¿y para qué saberlo? Si total, el dolor ya es tanto que lo que vaya a aprender no lo voy usar para lo que sea que sirva aunque pueda aprenderlo. Mejor irse ahora, tomar y apagar tele el viernes, estar en negro el sábado y ver qué pasa el domingo para volver el lunes a lo que sea, da igual, mientras mamá plancha como loca sin parar y busca cualquier cosa para hacer monedas y yo estoy solo donde sea.

Un día vi un buen hombre entrar por las puertas de este colegio” Dice el director, viejo desgraciado, cínico e hipócrita... mala leche no más, como si él no supiera lo que pasa acá todos los días.
Un día vi al amor de mi vida enseñar y me enamoré de él hasta hoy” Dice su esposa y rompe en llanto mientras se levanta el cura y dice unas palabras sobre la muerte y el dormir y el descanso y de algún dios que haya por ahí, pero que clarito que por acá no está.
Dijeron que fue el viernes, que parece que alguien sí se quedó. Dijeron que mientras le enseñaba vio el estuche y se dio cuenta de los papelitos. Dijeron que dijo que no podía quedarse haciendo nada, dijeron que pensó que lo mejor era ayudarlo ahora-ya a dejar que pase más tiempo, y que decidió acompañarlo a su casa. Dijeron que Ramoncito no quería, pero que su afán y vocación por resucitar el alma y sacarnos de este suplicio fue mucho más fuerte. Dijeron que él dijo que a veces enseñar los números dentro de una sala de clases no basta y que aunque él no tenga que hacer el trabajo que hay fuera de una sala, si nadie lo está haciendo entonces se iba a arremangar la camisa igual y lo iba a hacer porque sabía que alguien tiene que hacerlo. Dijeron que no llamó a carabineros. Dijeron que llegó a la casa y entró sin tocar. Dijeron que el hermano de Ramoncito estaba con sus amigos y que le preguntó a Ramoncito “¿y quién es este?”. Dijeron que alcanzó a decir la primera idea, y nunca más volvió a hablar. Dijeron que el ataúd se iba a quedar cerrado y que la foto esa era para verlo por última vez, porque no quedó muy bien que digamos cuando todos saltaron sobre él. Todo eso lo dijeron y lo escuché al paso, pero yo no vi ni supe nada hasta hoy. Lo que sí sé es que nadie sabe nada de Ramoncito, ojala ande con su pelota para que no esté solo. Lo que también sé es que no importa cuanto hayan dicho, él ya hizo mucho más en todos de lo que muchos han querido hacer sin esforzarse por hacerlo.
Me dolió mucho saberlo, y mucho más aún después de que me haya resucitado. El único en 12 años que en una semana de clases fue capaz de hacerlo. Me dolió tanto que ya no pienso esperar más. No puede ser que sea el único y que se haya ido. Ya no importa cuantas cosas me hayan dicho, ni me importa dónde nací, cómo crecí y cuanto no aprendí, ni cuantos quieran abusar de mi o me quieran explotar. No voy a dejar que esto vuelva a pasar. Después de tanto dolor voy a ser alguien que con dolor en mis ojos, como los de él, se dedique a resucitar con esperanza. Yo también quiero ser un hombre que un día se disfrazó de vaca, se vistió de uniforme, se preocupó y se esforzó y, con mucho dolor, resucitó a alguien que la realidad cruelmente asesinó. Y de alguna manera, le voy a devolver el favor, porque lo voy a resucitar en mi.

lunes, 29 de octubre de 2012

Matando mosquitos

Las últimas semanas he sido atacada por hordas de mosquitos-vampiro que, estoy segura, tienen el objetivo de dejarme anémica. Es una cantidad asombrosa, creo que desde mi primer año acá que no veía tantos... o quizás ahora soy más dulce que el año pasado, cosa que dudo. En todo caso no es sólo idea mía que hay más que de costumbre
Dado que no me gusta matar ni siquiera insectos molestos, al principio desarrollé tecnicas de ninja-zen: los encerraba en la mano, los dejaba asustarse un poco y luego cuando abría la mano se escapaban volando. El inconveniente es que es una técnica poco eficiente porque al rato vuelven a molestar; imagínense si son una nube entera. Ahora no me queda otra que matarlos, pero trato que por lo menos se vayan con un aplauso.
Para aquellos quienes no hayan podido desarrollar sus técnicas ninja, tengo un consejo altamente efectivo, aunque un tanto incómodo: hay que dejar que el mosquito se detenga y pique, entonces no alcanza a escapar.

Sería genial
 Advertencia: los mosquitos pueden trasmitir dengue, malaria y otras enfermedades, use repelente de insectos (el mio se agotó).

jueves, 25 de octubre de 2012

Un sueño dentro de un sueño

Edgar Allan Poe
¡Toma este beso en tu frente!
Y, en el momento de abandonarte,
déjame confesarte lo siguiente:
no te equivocas cuando consideras
que mis días han sido un sueño;
y si la esperanza se ha desvanecido
en una noche o en un día,
en una visión o fuera de ella,
¿es por ello menos ida?
Todo lo que vemos o parecemos
no es más que un sueño en un sueño. 

Yo permanezco en el rugido
de una ribera atormentada por las olas,
y aprieto en la mano
granos de arena de oro.
¡Qué pocos y cómo se escurren
entre mis dedos al abismo,
mientras lloro, mientras lloro!
¡Oh Dios!, ¿no puedo yo estrecharlos
con más ceñido puño?
¡Oh, Dios!, ¿no puedo salvar
ni uno, de la despiadada ola?
¿Todo lo que vemos o parecemos
no es más que un sueño dentro de un sueño? 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Queque de yogurth

Por quién sabe qué extraños motivos, me siento tranquila cuando sé que algo se está cocinando en el horno. Así que he recaido y vuelto a las andadas: atacazos culinarios nocturnos que luego nunca como.
Esta vez ha sido el clasico y famoso queque de yogurth (me encanta lo esponjoso que queda). Pongo acá la receta en caso q alguna vez la olvide o pierda.
  • 2 medidas de yogurt batido (si es liquido, la verdad no importa, queda bien igual)
  • 2 medidas de azúcar
  • 4 medidas de harina con polvos
  • ¾ de medida de aceite (no de oliva)
  • 3 huevos 
  • Escencia de vanilla, ralladura de limon, nuez moscada, cardamomo o el polvo mágico que tengan a mano.
Se supone que se usan los vasos de yogurth y en el mismo envase se calculan las proporciones de los otros ingredientes. A veces uso sólo el yogurth liquido de bolsa y calculo todo en tazas. Como no tengo moldes grandes hago sólo la mitad  (y los huevos se aproximan a 2).
El orden de los factores no altera el producto, sólo hay que batir (no es necesaria batidora) hasta que queda sin grumos y hornear 25 mins aprox en un horno precalentado hasta que pasa la prueba del palito de fósforo. Es a prueba de amebas, ni con todas mis distracciones he conseguido arruinarlo... de momento.
Si andan creativos o con ideas muy gordas, es ganial bator crema y rellenarlo, y decorar con chocolate.
¿Alguien se anima a acompañarme a una fiesta de té?

domingo, 21 de octubre de 2012

Se inicia el claustro

Cuando no quedan más cajas ni maletas que desembalar, luego de fregar suelos, espejos y ventanas; comprar provisiones y cambiar de lugar todo lo que se me ocurrió, no queda otra que aplicarse con el estudio.
Así que he llamado a la concentración y me internaré en el interesantísimo universo de los destacadores, banderitas y post-it. Vamos con mi estudio cromático.

viernes, 19 de octubre de 2012

Y suma y sigue

Se supone que hay una edad en la infancia en que es normal tener amigos imaginarios y luego van desapareciendo.
Como era de suponerse, la normalidad y yo no tenemos mucho en común y con el paso de los años mi imaginario en vez de desaparecer se fue ampliando: ahora en mi mundo de las ideas hay una ciudad completa con los personajes más normales insospechados y unos cuantos normales. 
Pero ahora he agregado algo completamente nuevo: una mascota imaginaria. Es un pez betta y se llama Shiro. Ya que Mausi no me hará compañía esta temporada de estudio, he acomodado nuevamente la que fuera pecera de Neko y ahí vive ahora mi simpático pez que, como corresponde a todas mis mascotas, tiene un nombre que no se relaciona con su apariencia (imaginaria).

miércoles, 17 de octubre de 2012

Here we go... again

Se acabó el periodo que me tomé de vacaciones y nuevamente estamos en Argentina para preparar finales.
Pese a lo que se pudo entender de la entrada anterior, todo sigue igual: sólo me cambié de casa y coincidió con el viaje a Chile... y estando allá no tiene mucho sentido escribir ¿qué? Dudo que a alguien le interese saber los tipos de muffins que experimenté, las recetas que fueron extraña y alquimicamente modificadas o el nuevo bordado que empecé.
Pero todo lo bueno llega a su fin y si no quiero estar llorando en diciembre tengo que aplicarme con el estudio y acá es el lugar más indicado: cero distractores, y a eso le sumamos que ya no tengo conección a internet. O sea, alta concentración garantizada.
De todas formas, mi creatividad sigue intacta y no tardarán en aparecer ideas delirantes por acá.