También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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domingo, 31 de agosto de 2014

Importancia de las reglas

Las reglas, al igual que los limites, nos ayudan a organizarnos en la vida. Ese dicho de "las claras conservan la amistad" es muy cierto. Las reglas deberían ser fijadas al principio de cualquier situación y seguidas por nuestro propio beneficio; el incumplimiento de ellas genera caos, y es algo con lo que debemos lidiar solos y bajo nuestra responsabilidad.
Para ilustrar mejor a lo que me refiero, narraré sucesos recientes:
Partiré aclarando que estoy en proceso de mudanza, así que necesito desacerme de gran parte de mis poseciones para reducirlas a sólo lo que quepa en 2 maletas, o algo así. Y la mejor forma de desacerme dle excedente es vendiendo, así además de hacerlo desaparecer consigo financiarme algo.
Luego de un analisis rápido de mis poseciones y hacer un listado general de las cosas que interesa verder (partiendo por las más grandes) comencé el proceso de publicitarlas y ofrecerlas. Gracias a Dios tuve la fortuna de en pocos días tener una muy buena acogida y vender el grueso. Entonces, comenzaron los problemas y el estrés: esta última semana que pasó quedaron algunos objetos menos voluminosos que no conseguía vender, y empecé a preocuparme y tratar de flexibilizarme para general una nueva estrategia.
Mis reglas eran simples:
  1. Los precios estaban fijados en forma bastante justa, así que excepto aguna situación muy particular y justificada no eran negociables.
  2. Los interesados debáin presentarse en mi casa, cancelar y llevarse lo que les interesara.
El asunto al que me referiré tiene como protagonista la batería de ollas. Un set básico, con más de 3 años de uso pero en buen estado (no, no eran de acero grueso ni teflon; eran simples pero cumplían su función). Estaba ofrecido por la mitad de su valor si hubiera sido nuevo, pero la gente preguntaba si lo podía comprar por partes (no, porque se habrían desvalorizado el resto) o simplemente luego de verlo no lo compraba... sí, no somos muchos los estudiantes que pensamos que una batería de ollas es algo necesario, la mayoría se conforma con una olla y como mucho un sartén; el publico objetivo habría sido dueñas de casa, pero ellas ya tienen otros estándares y prefieren comprar las baterías complejas (además tienen mayor poder adquisitivo).
Así que el drama se desencadenó el martes en la tarde. La chica que había quedado de ir a ver las ollas no apareció y en cambio me contactó alguien de otra ciudad que dijo que estaba completamente interesada en adquirir las ollas, me dijo que sólo podía pagar un poco menos de lo que pedía y que además no podía venir a retirarlas, pero que las necesitaba mucho
No voy a presumir de ser buena persona, pero intento ser amable. Y algo me hizo reaccionar. Quizás que la señora dijera que las necesitaba, que yo estaba cansada de no concretar la venta (si, hace tiempo sé que tengo poca tolarancia a la frustracion) o que en el fondo no me interesa hacerme millonaria. Y el asunto es que rompí todas las reglas, así una por una incluyendo los corolarios:
  • Le hice el descuento aceptando lo que podía pagarme.
  • No insistí en que las viniera a ver porque se mostraba completamente interesada en ellas.
  • Me ofrecí a encontrarnos en la terminal de buses de su cuidad, porque de todas formas yo tenía que viajar para alla.
Sí. El padre de una amiga tiene una palabra para gente como yo: BUENUDA. De tan amable y desinteresada caigo en lo pastel (boluda). 
Ocurrió lo que tiene que suceder en este tipo de situaciones: apenas llegué a mi casa esa tarde de los tramites que estaba haciendo encontré mensajes de la susodicha persona quejandose de que las ollas estaban en mal estado, sumamente furiosa y reclamando las tragedias del mundo. 
Quiero aclarar que no ofrecí productos defectuosos, no tengo tan pocos escrupulos. Simplemente estaban manchadas por el uso, pero no eran manchas de suciedad, sino cambio de color por la temperatura (ya dije que eran de acero del delgado) y una de las ollas tenía las manijas arregladas con masilla. Y Las fotos que puse para ofrecerlas eran del producto real, no el del catalogo de la tienda que las muestran radiantes y nuevas.
Entonces cometí el peor error de todos los cometidos hasta el momento. Como si no hubiera bastado con las incomodidades provocadas por romper las reglas ya establecidas, al intentar solucionar la situación lo empeoré de la peor de las formas posibles: le ofrecí que me las devolviera.
Ya saben, los padres suelen tener la razón... soy una buenuda, de esas con mayusculas.
El desenlace y todo lo demás, lo pondré mañana, que por hoy ya he escrito demasiado...

miércoles, 27 de agosto de 2014

Qué hacen aquí estas abejas

... lejos del panal, tan lejos del panal. (Lease con la melodía de la canción de Illapu).

Siento un especial cariño por las abejas desde que una chica nos contara sobre la vida los apicultores, los cuidados que necesitan, los peligros de volar bajo la lluvia. Apoyo la campaña para plantar flores en los caminos y resto de espacios publicos para que tengan dónde conseguir alimentos. Soy conciente de los peligros que las acechan con los pesticidas en las plantaciones e incluso me encantaría tener un campo de abejas.
Así que, por extraño que parazca, cuando las vi en un mostrador de la panadería mi primer impulso fue alegrarme por ellas. Estaban sobre las facturas usufructuando del azucar del glaseado.


Pero luego pensé más detenidamente y me preocupé.
¿Cómo llegamos al punto en que las abejas tienen que entrar en una panadería para conseguir glucosa? ¿Tan pocas plazas, árboles y flores existen en las ciudades? (duh, pregunta tonta... pero igual no pensé que fuera tan poco) Si las abejas se acostumbran a entrar a panaderías, ¿qué pasará con la polinización de las flores? ¿Qué pasará con mi miel? (sí, antes de pensar en el fin del mundo lo aplico y concretizo con el fin de mi comida: el fin de mi mundo) ¿Son las abejas el reflejo de esta sociedad obesa que abusa de los alimentos procesados?.
La última pregunta era demasiado compleja así que abrí mi bolsa con la factura, no me asusté al ver salir una abeja desorientada y deseé que pudiera encontrar el camino a panal sin problemas, deseé que se detuviera en algunas flores de la plaza y razóné que si las abejas iban a conseguir glucosa a esa panadería, por lo menos debería ser un indicador de que usaban ingredientes de calidad. O eso espero, por el bien de las abejas y mio... y más a largo plazo por el futuro de la vida en el planeta (a quien le importa el bien del planeta, primero hay que pensar en el bien personal y disfrutar de la crema pastelera... ñami; al final todos saben que alguien guapo salvará el planeta a última hora, porque Hollywood no miente, ¿verdad?).

martes, 26 de agosto de 2014

Sindromes Literarios

En psiquiatría suelen ponerle nombres propios a algunos sindromes comunes y característicos, como por ejemplo el Sd. de Diogenes, de Estocolmo, etc. así que como buena hipocondriaca me he autodiagnosticado con unos cuantos a partirde mis referencias literarias favoritas.
Seguramente no soy la única persona en el mundo en tenerlos, pero no me sorprendería saber que nadie más tiene los 3 juntos y simultaneos... Sd. de Alice, Sd de Caperucita y Sd. de Bella. Como ya he dicho otras veces, las bibliotecas son peligrosas: te dan ideas, te identifican con algun personaje que a veces no es el más indicado (casi nunca lo son) y aquí me tienen. Persiguiendo a un conejo blanco desesperado porque está atrasado, dialogando con lobos y encontrando el lado amable de seres bestiales...

Queridícima Alice, demasiado curiosa para pensar que quizás no sea buena idea seguir a un conejo con reloj, siempre dispuesta a tomar el té con gente más loca que uno y sin entender por qué las rosas no pueden ser blancas. Intento no perderme ninguna adaptación de la historia que se haga, sea escrita o serie... y si no puedo verla, por lo menos tener noción de que existe. Cuando hablo de fiestas de té, ¿qué es lo primero que se me viene a la mente? ¡El sombrerero!, claro. Debe ser gracias a los cumpleños que celebré para mis muñecos cuando chica (gracias mami por enganchar en mis locuras siempre).
Y a medida que más crezco, las fiesta de té se hacen más locas y más detalladas. Y los bizcochos con hechos por mi en gran parte. Y aunque no haya té (cosa muy muy poco usual), nunca falta más de un pastelazo que me mande...
Mención especial para el gato de Chessire. Toda buena historia incluye un gato, eso lo sabe todo el mundo.

"Mamá,¿ puedo adoptar un lobito? ¡Mira que tierno que es! Seguro que come sólo vegetales..." Quién sabrá cómo me gané este extraño sindrome, pero me encantan los lobos (nada de perros ridículos para mi). Y probablemente el vestido rojo, sea mi vestido favorito de los que he usado hasta el momento (no, no hay fotos al respecto). Tambien podríamos decir que en determonados casos puedo llegar a ser la alfa, pero actualmente tengo mi propia manada dando vueltas por ahí... algún día hablaré de eso. Además de decir que a mi familia le encanta hacer lobadas...
Mención aparte para mi genial hermano Jaime que diseño la materia de "Sindrome del lobo sin Caperucita", como requisito que tengo que aprobar entre mi plan de estudios... eventualmente conseguiré cursarla.

¿Necesito aclarar la relación de este sindrome? Mi cuento favorito de la infancia, mi peli favorita hasta hoy. Y cualquier historia que se le parezca siempre es bienvenida, por ejemplo, "El fantasma de la opera". Si, soy de las locas que opinan que Cristina debería haberse quedado con el fantasma... Probablemente porque nunca leí el libro, pero está en mi lista de pendientes...
¡Es que incluso la versión Disney es genial! Por fin una princesa castaña, que no se muere por el chico guapo, que lee y quiere viajar. Y además esta vez es la chica la que rescata al principe... De todas formas, la versión francesa que salió este año es para detenerle el corazón a cualquiera; mi escena favorita, plus que tout au monde, la he visto montones de veces y no me canso.
Y así voy intentandole ver el lado amable a todos los seres monstruosos que se me aparecen en el camino. No es nada facil, y a veces no resulta, pero lo importante es intentarlo.

Nota: La selección de imagenes fue una tarea sumamente dificil debido al gran banco de archivos que había para escoger en mi compu... es que como dije, son las historias con que me identifico.