También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

Traducir

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documentales Spain cartas de presentación Italian xo Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

lunes, 1 de septiembre de 2014

Importancia de las reglas (Parte II y final)

Como ya había contado, le ofrecí a la compradora impulsiva la opción de devolverme las ollas.
De todas formas, me parecía lógico. No tuvo la opción de decidir no llevarlas al ver todos sus defectos. Defectos que quiero recalcar eran simple consecuencia del uso normal y doméstico.
Las famosas ollas de la discordia.
(Esta fue la misma foto que usé para promocionarlas)
 

Si bien al día siguiente volvería a pasar por su ciudad, no me apetecía para nada pasar un día completo de trámites cargando una caja con ollas (y a quién le parecería una buena idea algo así), y no sabía exactamente a que hora me desocuparía, así que simplemente no me ofrecí a que me las entregara... Además, vale que una es buenuda, pero hay limites de tolerancia. Te acepto que devuelvas las ollas, pero tómate tú tambien una minima molestia. Así que le dije que pasara por mi casa el domingo, que no tenía drama.
Y entonces comenzó una tragedia griega que Shakespeare habría podido usar para inspirarse en una de sus comedias:
  • La encantadora señora quería que la fuera a buscar al terminal de buses para recibir las ollas que ella deseaba devolver.
  • Se desesperó ( y me arrastró a mi a la histeria con ella) por la incapacidad de comunicarse conmigo... No tengo celular, no le podía dar número; mi iPod se interpreta para los demás dispositivos moviles como celular gracias a la misma app (y no iban a desarrollar un simbolo especifico para un movil que no es de telefonía) y me trató de mentirosa.
  • Dijo que intentaba estafarla, y amenazó con buscarme por toda la Villa. Una Drama Queen de las grandes, le gustaba la idea del escándalo.
  • Insistía en que no tenía dinero para andarme regalando.
  • Me adjudicaba la responsabilidad de lo sucedido. Que si yo le hubiera dicho desde el principio el estado de las ollas esto no habría sucedido... (¿Hola? ¿alguna vez has tenido ollas? ¿sabes cómo se ponen con el uso? ¿viste detenidamente la foto que publiqué?).
  • Dijo que ella también vendía... en realidad yo no vendo, sólo estoy reduciendo mis poseciones materiales para alcanzar el nirvana más rápido (ok not). De todas formas no entendí lo que quería decir con eso.
  • A estas alturas mi frustración había superado lo tolerable (que en mi caso no es mucho, al parecer) y mi pulso se había disparado, así que dejé salir mi lado venezolano. Si, demosle un toque divertido a la situación: le dije "Peroesquechico, ¡estoy harta que la jente ande intentando aprovecharse mi por ser extranjera!" (Lease en tono de telenovela venezolana, la falta de ortofía es intencional). Por que es un hecho de que la gente que busca este tipo las publicaciones sabe que vivo en un lugar con muchos extranjeros y que hay un alto ritmo de intercambio de bienes.
Y cuando pensabas que ya habíamos tocado fondo, que las nuevas directrices estaban establecidas, siguen habiendo oportunidades para los desencuentros. Como no quería volver a tomar contacto con este agradable ser humano, incluí en mi loca tragicomedia a unas amigas, una de las cuales iría a encontrarse con ella en la terminal. Ya saben: ¡buenuda! deja que la gente se las arregle, no se va a morir por hubicarse en la villa por su cuenta; pero de todas formas no tenía ganas de verla aparecer por mi casa. Ya se imaginan: esto parecía una obra escrita y coordinada pro Shakespeare.
  • Señora con ollas llega a la terminal y se va a la puerta frontal y no se mueve de ahí. Chica que va a buscar las ollas se queda en los andenes. (En todo caso, tampoco es una terminal de buses tan grande como para justificar...).
  • Señora me manda miles de mensajes.
  • Chica había vuelto a su casa.
  • Yo me dispongo a ir en persona al lugar de los hechos.
  • Señora va a la casa de la amiga que vive cerca de la terminal.
Algunos dirán "Bien está lo que bien termina". Pero aún no sé con qué criterio juzgar si esto terminó bien. Sigo teniendo que vender las ollas, me gané varias taquicardias, molesté e incluí en la locura a gente que no tenía porqué habler molestado... Lo único que puedo decir a mi favor, es que nadie tendrá jamás motivos para decir que soy una estafadora.

Y todo esto podría haberse evitado desde el principio si tan solo hubiera mantenido el precio, dejado que se las arreglaran por su cuenta, pasado de las tragedias de los demás ("mala suerte para ti si compras impulsivamente, que pena que andes justa de dinero"). En fin, tampoco es ese mi estilo. ¿Algún día dejaré de empatizar?

Conclusión: Mientras más amable eres, más interesarán abusar de tí.
Conclusión 2: Si empiezas a meterte en problemas por romper tus propias reglas, aguantatelo. Las cosas se pondrán peor.
Conclusión 3: Las cosas siempre pueden salirse de control, de los modos más insospechados posibles... Junto a la ley de gravedad, la única que nunca falla es la de Murhy.
Conclusión 4: Los buenos amigos son una bendición.