También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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viernes, 21 de agosto de 2015

El Maestro Chino

No tengo talentos demasiado destacables, pero me hago una idea bastante exacte de las personas en poco tiempo y suelo reconocer a los chantas rápidamente. antes me gustaba jugar con ellos dejarlos hablar hasta que se enredaran en sus propias penosidades, pero supongo que ahora estoy más cansada.
Ayer reconocí uno a los 30 segundos de subirme al bus. Y sería un viaje largo, unas 6 horas al menos. Así que opté por lo sano y simple: no interactuar. Al principio lo ignoraba cortesmente, pero luego de algunas oportunidades se hizo más que evidente que me gustaba mi mundo privado y que soy muy maleducada... y si yo soy capaz de notar que estoy actuando maleducadamente, la cosa debe ser grave.
Por eso no me sorprendió que al salir de la aduana se cambiara de asiento, justo al de atráspara desplegar todos sus angrupos en una chica indefensa. Y yo tuve que escuchar cosas como:
-- Soy instructor de artes marciales, y puedo encontrar tu animal interior.
-- Qué genial, ¿cómo lo hace?
-- Me ensañó un maestro chino. Es que practico desde los 12 años. Dame tu mano.
Y luego un montón de sinsentidos sobre el ying, el yang, el chi y el maestro chino que seguro en cualquier mala película de king-fu tenían más coherencia.
Y me acordé del sensei que insistía en que todo en que todo es cuestión de fuerza y vectores. Y que su maestro era japonés.
... Por eso fue que le faltó aprender la parte de los animales interiores.

domingo, 16 de agosto de 2015

Persona de playa

Anoche sentía que no podía respirar. Hacía la mecánica con mi diafragma, sentía que se expandían mis costillas, pero no notaba que el aire entrara.
No era como si me estuviera ahogando, sabía que en realidad respiraba, que todo estaba en mi cabeza, y me empezó a arder algo. Dudé en decidir si estaba teniendo un ataque de pánico, crisis de angustia u otra situación; me di cuenta que el nombre del evento no cambiaba el tener que actuar. Pensé en despertar a alguien, pero supuse que a nadie le hace gracia enfrentarse a una crisis a las 3:15 de la madrugada y que de todas formas en alguna parte de mi mente estaba la solución; pero que tenía que ser rápido que ya estaba pasando el tiempo (todo esto se lee largo, pero fueron sólo pocas inspiraciones).
Me acordé que hace tiempo leí de alguien que le había pasado lo mismo y se tranquilizó cuando la hicieron mentalizarse en una cabaña en los montes cerca de un lago de aguas claras, frías y tranquilas. Intenté pensar en ese lago pero no pasaba nada; luego me imaginé sumergida en el agua, el frío, la calma... seguía sin respirar. Y sin saber de dónde pensé en una playa, arena cálida y suave, el sol sobre mi piel y los pies acercándose al mar, casi sentía la arena.
El aire volvió a circular, mi pulso se normalizó, me tranquilicé y volví a la cama. Pensé un poc más en la arena hasta que me dormí.
Definitivamente, soy una persona de playa


viernes, 14 de agosto de 2015

Anónimamente en Starbucks

Prefiero beber té a café, pero creo que nada supera al olor del café tostado recién molido, así que me gusta pasar el rato en cafeterías. Y odio ser tan típica y comercial, pero me encantan los Starbucks.
Pienso que cuando estás lejos es bueno es bueno encontrar algo conocido y predecible antes de animarte a conocer las maravillas locales. Es agradable saber qué esperar: decoración similar, estilo de música y saber qué pedir sin tener que mirar la carta. Además incluso la gente se ve similar en todas partes y los clientes con sus portátiles (supongo que trabajando, dándoselas de protagonistas de alguna serie gringa) podrían ser intercambiables.
Lo único que no me gusta es dar mi nombre. Cualquier desconocido que se acerque podría leerlo y anomarse a intentar iniciar una conversación. Así que como no tengo segundo nombre empecé a usar mi pseudónimo Anouk, y como al acerlo me miraban raro mientras lo deletraba, luego lo simplifiqué a Ana. Pero aún no me decido del todo porque leí que cuando hay que inventar un nombre la mayoría de la gente escoge uno que empiece con A... pero aún no siento Sofía como propio.

A mi mamá no le hacen mucha gracia las cafeterías, pero se ha acostumbrado a ellas por lo accesibles que son a la hora de las reuniones. Y como sabe que me gustan cede a ellas para darme el gusto o intentar sobornarme. (Paso el dato de que soy facilmente sobornable cuando se refiere a chocolate, galletas, dulces o comida en general).
Ayudando a mi mami en su oficina, me encargó que trajera 2 chocolates calientes y algo rico del Starbucks que hay al lado. Como siempre, di mi pseudónimo y, a falta de tiempo para pensar uno original para ella, su inicial "Zeta". Lo escribieron así, como Catherine Zeta-Jones, con Z de zorro, de zar.
Cuando le entregué su vaso (no confundirlo con el mío con crema y leche entera) mi miró raro y le expliqué que no me gusta decir mi nombre.
Al rato, cuando salió el tema de llevar tu porio mug, o vaso reutilizable, ella comentó que le gusta tener su vaso y que le encanta que tenga su nombre... a mi me gustaría llevar mi mug y además de ser ecológica tener descuento.
Pensé en preguntarle "¿Auqnue así cualquiera que se acerque sepa cómo te llamas?". Luego me acordé que ella es conocida, y que de todas formas la gente se le acerca e inicia conversaciones.
A diferencia de mi, ella es sociable, y no se complica.

lunes, 10 de agosto de 2015

Viajes interdimensionales

Como aficionada a la ciencia-ficción los viajes interdimensionales no me causan problemas. Es más, a veces me olvido que no es algo que pueda comentar fuera de contexto y me expongo a miradas raras y que la gente descubra mis rarezas antes de tiempo.
No me complico con esta realidad, no me preocupa lo que pasará en la paralelas.
Una vez leí una teoría que decía que todos vamos cambiando de dimensiones en las noches al dormir, que despertamos distintos pero no lo notamos porque heredamos los recuerdos nuevos también.
En otra parte leí que cuando viajas (en el tiempo en ese caso), lo único que no cambias son tus ojos, que no se pueden camuflar ni disimular.
Y ahora entiendo por qupe a veces mis ojos son marrones normales y otros días amanecen tan verdes que asustan