Previo a la temporada de examenes finales he desarrollado la costumbre de enclaustrarme, motivo por el que ya estoy de regreso en Argentina a principios de febrero.
No es para menos considerando todo lo que está en juego en este final, pero eso no es el tema.
Claro que esta vez mi encierro será más cómodo y además estoy viviendo a la biblioteca para cambiar de aires (y disfrutar del aire acondicionado); creo que sería más impactante contarles cómo fue el claustro de julio:
Mi pieza en el hogar mediría 2,5x3,5 mts y sólo salía 1 vez al día para almorzar. El desayuno y la cena eran en la misma pieza. A la hora de almuerzo intentaba hablar con mi mamá, pero nunca se dio la oportunidad. No había internet y estudiaba más de 14 horas diarias; los horarios partían a las 4:00 am (creo q antes de los rezos de los monjes) y me acostaba antes de las 22:00, aunque algunos días me daba permiso de una pequeña siesta.
Esta vez aún no tengo un ritmo armado, y a veces siento que venir a la biblioteca me toma tiempo. Vamos a ver qué sale
Mi querida lady Alex:
ResponderEliminaresta entrada de hoy me ha recordado mis años de estudiante y créeme que me alegra mucho el haberlos dejado atrás (aunque visto el mercado laboral en la actualidad casi que no sabría decirte jejejee)
Siempre se me ha dado bien estudiar (aunque mi método de estudio era terrible) solía pegarme atracones de última hora que me tenían noches consecutivas sin dormir -yo solía estudiar por las noches.
De todos modos mi aspecto era todo lo siniestro que me hubiera encantado: ojeras, mal humor, melena revuelta... ¡toda una dama de época jajjaja!
Paciencia y estudia, querida, en el conocimiento está el futuro (aunque luego termines donde termines)
Besos