No hay mejor momento que la desperación del dia previo a un examen para dejar la mente vagar y empezar a planear acciones que no están relacionadas con el estudio. Y mientras más contenidos te falta revisar, más son las cosas que se te ocurre que debes hacer en la casa:
Te das cuenta que no has sacado la basura en 4 días, que deberías lavar las toallas y quitar las telarañas.
Te mueres de ganas de lavar las marcas de sarro de vasos y cubiertos, crees que recibirías mucha mas luz si limpiaras las ventanas y piensas en cómo tratar las manchas de oxido del lavaplatos.
Te fijas en que el horno necesita desengrase y hay que descongelar el refrigerador, las manchas de la pared y los cuadros chuecos.
Revisas si hay hongos en baño, piensas en comprar pasta-muro para los agujeros de la pared y los postigos que llevan meses en mal estado se convierten en una urgencia a reparar.
Piensas que habría que llemar a alguien para revisar el termotanque y en que se podrían esconder los cables sueltos de alguna instalacion electrica que llevan a la vista desde que llegaste a la casa.
Y lo peor de todo, es que también te baja la inspiración de jardinera y repostera en calidad de "si no lo hago ahora me muero".
Y al parecer es un fenomeno generalizado. Lo risible es que luego de pasado el examen dejarás estar todo como antes por mucho tiempo más.
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