Cocinando para uno

Si hay algo que lidera mi lista de cosas que no me gusta hacer es cocinar para uno, justo luego de secar platos y planchar remeras/poleras. No me mal entiendan: me encanta cocinar, pero invertir tanto esfuerzo en una sola porcion me lleva a pasar semanas como crudivegana alternando con recalentar lo que cociné en cantidades para ejercito durante algún momento de inspiración; o, como sucedió en épocas recientes, asociarme con cualquiera que me de apoyo moral mientras cocino y se coma todo lo que pueda quedar.
De todas formas no falta el día que me antojo de algo específico (hola Brocoli, saludos Papas gratinadas) o quiero probar alguna nueva receta (Berenjenas, las quiero mucho) y considerando la hermosa cocina de la casa donde vivo en este momento sería una tragedia desperdiciar esos impulsos culinarios.
Entonces viene el otro tipo de inconvenientes: hoy mismo, sin ir más lejos, quise comer tallarines con berenjenas; nada muy complicado, pero mi tema con las maravillosísimas berenjenas viene en esperar hasta que el plato está terminado... no sería la primera vez que me comía los ingredientes por separado.

¿Hay algo más genial que este hermoso fruto? Si no me creen, permítanme referirlos a Julia Child. Y si ella lo dice, "THEE woman", supongo que no hay nada que replicar.

... Otra hortaliza que nos gusta mucho es la berenjena, y no sólo por su belleza como hortaliza, sino también porque es extraordinariamente adaptable y versátil; la hemos preparado a la parrilla, en persillade, a la crema, en soufflé, servida caliente, fría y rellena, y ojalá hubiéramos tenido la oportunidad de presentarla de otras formas. ~ El arte de la cocina francesa, Vol. 2