Comenzaré diciendo que no suelo recibir volantes en las calles, no me interesan y me parece un desperdicio de material y un atentado a la ecología; como sé que la persona que lo entrega no tiene la culpa, que simplemente necesita trabajar trato de ser amables con ellos y por lo menos sonreirles.
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No soy yo, imagen ilustrativa. |
Es un trabajo entretenido dentro de todo, lo más complicado fue el frio que hacía y los dedos congelados a pesar de los mitones. Saludé a mucha gente, me mostré más amable de usual con desconocidos y recibí más buena onda de la que entrego a los volanteros en la calle.
Aclararé también que para tranquilidad de mi conciencia y en consecuencia de mis principios entregaba sólo 1 papel por vez, nadie los tiró al suelo, trataba de verdad de captar clientes para el local y, lo más importaante, es un comedor que de verdad he visitado y puedo recomendar. Uno tiene limites morales a los que atenerse y no trabajaría en cualquier parte.
Lo más estresante fue el loco que estaba volanteando al lado para la competencia. Pero eso da más para anamnesis psiquiatrica que para cronocas de este blog; nunca falta la gente que está más loca que uno y sigue suelta por la vida.
Así que ya saben, la proxima vez que alguien les dé un papelito acéptenlo o por lo menos sonríanle, que podría ser yo por acá.
cuando fue eso? donde estuviste trabajando?xq no me invistaste???
ResponderEliminarYo una vez logré que media U se inscribiera como donante de órganos, y yo no lo soy, ni pretendo serlo, y estoy seriamente en contra de la donación de órganos mientras el sistema de salud no provea de un apoyo sostenible en el tiempo que garantice que ese órgano va a ser una fuente de tranquilidad y no de más problemas...
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