También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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martes, 26 de agosto de 2014

Sindromes Literarios

En psiquiatría suelen ponerle nombres propios a algunos sindromes comunes y característicos, como por ejemplo el Sd. de Diogenes, de Estocolmo, etc. así que como buena hipocondriaca me he autodiagnosticado con unos cuantos a partirde mis referencias literarias favoritas.
Seguramente no soy la única persona en el mundo en tenerlos, pero no me sorprendería saber que nadie más tiene los 3 juntos y simultaneos... Sd. de Alice, Sd de Caperucita y Sd. de Bella. Como ya he dicho otras veces, las bibliotecas son peligrosas: te dan ideas, te identifican con algun personaje que a veces no es el más indicado (casi nunca lo son) y aquí me tienen. Persiguiendo a un conejo blanco desesperado porque está atrasado, dialogando con lobos y encontrando el lado amable de seres bestiales...

Queridícima Alice, demasiado curiosa para pensar que quizás no sea buena idea seguir a un conejo con reloj, siempre dispuesta a tomar el té con gente más loca que uno y sin entender por qué las rosas no pueden ser blancas. Intento no perderme ninguna adaptación de la historia que se haga, sea escrita o serie... y si no puedo verla, por lo menos tener noción de que existe. Cuando hablo de fiestas de té, ¿qué es lo primero que se me viene a la mente? ¡El sombrerero!, claro. Debe ser gracias a los cumpleños que celebré para mis muñecos cuando chica (gracias mami por enganchar en mis locuras siempre).
Y a medida que más crezco, las fiesta de té se hacen más locas y más detalladas. Y los bizcochos con hechos por mi en gran parte. Y aunque no haya té (cosa muy muy poco usual), nunca falta más de un pastelazo que me mande...
Mención especial para el gato de Chessire. Toda buena historia incluye un gato, eso lo sabe todo el mundo.

"Mamá,¿ puedo adoptar un lobito? ¡Mira que tierno que es! Seguro que come sólo vegetales..." Quién sabrá cómo me gané este extraño sindrome, pero me encantan los lobos (nada de perros ridículos para mi). Y probablemente el vestido rojo, sea mi vestido favorito de los que he usado hasta el momento (no, no hay fotos al respecto). Tambien podríamos decir que en determonados casos puedo llegar a ser la alfa, pero actualmente tengo mi propia manada dando vueltas por ahí... algún día hablaré de eso. Además de decir que a mi familia le encanta hacer lobadas...
Mención aparte para mi genial hermano Jaime que diseño la materia de "Sindrome del lobo sin Caperucita", como requisito que tengo que aprobar entre mi plan de estudios... eventualmente conseguiré cursarla.

¿Necesito aclarar la relación de este sindrome? Mi cuento favorito de la infancia, mi peli favorita hasta hoy. Y cualquier historia que se le parezca siempre es bienvenida, por ejemplo, "El fantasma de la opera". Si, soy de las locas que opinan que Cristina debería haberse quedado con el fantasma... Probablemente porque nunca leí el libro, pero está en mi lista de pendientes...
¡Es que incluso la versión Disney es genial! Por fin una princesa castaña, que no se muere por el chico guapo, que lee y quiere viajar. Y además esta vez es la chica la que rescata al principe... De todas formas, la versión francesa que salió este año es para detenerle el corazón a cualquiera; mi escena favorita, plus que tout au monde, la he visto montones de veces y no me canso.
Y así voy intentandole ver el lado amable a todos los seres monstruosos que se me aparecen en el camino. No es nada facil, y a veces no resulta, pero lo importante es intentarlo.

Nota: La selección de imagenes fue una tarea sumamente dificil debido al gran banco de archivos que había para escoger en mi compu... es que como dije, son las historias con que me identifico.

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