El peso del saber

Con mi mochila siempre cargada de libros y apuntes, era fácil hacer bromas sobre "el peso del conocimiento"; sin embargo hay un peso que no es físico y es mucho mayor. Ya lo dijo Salomón, el hombre más sabio que ha existido en la historia:

En realidad, a mayor sabiduría, mayores molestias; cuanto más se sabe, más se sufre. (Eclesiastés 1:18 DHH)

Esto sucedió esta madrugada, así que el trauma aun es reciente.

Aunque aún no ha sido presentado en este medio, hace un tiempo que tengo un hermoso erizo que me hace compañía y con el que me encariñado absolutamente. Por deformación académica, antes de traerlo a vivir conmigo me dedique a estudiar todo lo que estuvo a mi alcance para saber los cuidados que requerían y las precauciones que hay que tener. Y un punto que se repetía con frecuencia era que las patas son su punto más débil, que hay q cuidar que no se enreden con pelos de alfombra ni lesionen de cualquier forma. Y claro, si son tan diminutas para todo su peso en entendible.

El asunto fue que esta mañana descubro que la temida tragedia había sucedido: por la noche lo había dejado fuera de la caja de siempre y se metió a alguna esquina que no estaba bien barrida y tenía unos pelos estrangulándole la pata (a nivel del tarso en su equivalente humano). Y como ya sabia que era situación que podía complicarse decidí actuar de inmediato: afirmarlo bien y retirar excesos, cortar con tijereta. Según quedando un nudo y opte por una hoja de bisturí. El asunto es que a esta altura estaba mucho mas inquieto, la para estaba edematizada, roja, y se notaba que dolía al tacto.

Y mi lado médico se da cuenta que esa a emergencia quirúrgica, y opta por recurrir a un especialista.

6:30 de la mañana y yo tratando de contactar con su veterinario, con cualquier veterinario. Recuerdo la clase de isquemia intestinal, los márgenes de tiempo y me preocupo (nada que ver un tema con otro, pero la isquemia intestinal también es una efe vino frecuente en erizos). Me pasé mil películas en la mente y me lo imagine con necrosis y amputado... y de la angustia ante el panorama se me escaparon unas lagrimas. Avise que hoy no iba al hospital, pregunte si podía hacer algo y seguí llamando a diferentes clínicas veterinarias.

10:00 am y ningún veterinario atiende animales exóticos. Vamos, que es sólo un erizo, es mamífero... Ni que fuera iguana. Y solo necesito alguien que le desenrede unos pelos en la pata y se asegure que no hay necrosis. A lo mas quizás hay que ponerle un relajante; ¿qué tipo de anestésico se usará en erizos? ¿servirá uno local? ¿fármacos para manejo de dolor? ¿si llamo un anestesista? ¿cual será la dosis? 

Y caigo en cuenta que hasta el momento estaba razonando como clinica (normal, si ahí es donde he pasado más tiempo) y que lo que necesitaba era un procedimiento quirúrgico. Había decidido ser fuerte al principio y actuar sin importarme la incomodidad que causara, total era por su bien; pero el razonamiento quirúrgico va más allá de eso. Precisamente hace poco había estado hablando del tema con un traumatologo: siempre se necesita un asistente, y que tenga formación quirúrgica para poder colaborar en la acción.

Así que partí a buscar un asistente, da lo mismo su área (periodismo), que es cirugía menor.

Y mientras yo inmovilizaba, mi vecina Lula con la hoja de bisturí y muy buen pulso hizo desaparecer el mal rato de las últimas 4 horas.

Y ahora al contarlo es algo obvio, da risa incluso. Pero conocer tantas estadísticas y probabilidades hace inevitable ponerse siempre en la opción más grave.

Fitzie, ya recuperado, manda saludos