También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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lunes, 26 de enero de 2015

Disculpas públicas

Ya dije alguna vez, varios eones atrás que amo las listas; y no sólo las que yo hago. Sinceramente disfruto pasar el rato en Buzzfeed, Upso o sitios que enumeran características, ideas o cuaalquier cosa que pueda parecer interesante.
Y he notado que hay muchas actitudes críticas, y es normal, la mayoría de la gente no está interesada en "15 cosas que me parecen geniales" que para eso tienen sus propios gustos. Pero nada une más que lo que no nos gusta o deseamos criticar... por ejemplo, yo me identificaría completamente con una lista de "10 escritores espantosos" si estuviera encabezada por Megan Maxwell.
Pero hay veces que siento acidez gratuita. "Preguntas tontas que que todo XX debe soportar", "Respuestas para cuando me preguntan MW", "Preguntas que los padres no soportamos", "Deja de decir XYZ en situaciones DEF"... por poner ejemplos.
Y si bien estoy de acuerdo con los "Deja de decir cosas que hacen mal al genero", llega un punto en que me incomodo con la gente tan cortante. Si no quieres que tu cabello sea llamativo, no uses colores de fantasía, si no quieres hablar de tu tatuaje, no te lo hagas en una zona tan visible... si no quieres interactuar con desconocidos, no salgas de tu casa.
Me disculpo por todas las veces que toqué alguno de esos temas sensibles. No sabía que era tan trágicotener que contestar por millonésima vez el significado del enorme tatuaje que tienes en el brazo, ni que estabas tan cansada de compartir los secretos para que no se reseque el pelo totalmente decolorado.
Es cierto que hay gente desubicada. Es verdad que todos caemos en puntos tópicos, pero no es mi culpa ser la gota que derrama el vaso. En lo personal intento no ir por la vida juzgando a la gente, si hago un comentario sobre uñas, tatuajes o pelo es sin mala intención; digamos por romper el hielo, por hablar de lo más obvio posible y que no sea el clima actual. Me guardaré mi experiencia en el servicio de ginecología y obstetricia (tampoco es que es algo de lo que ande hablando sin venir a cuento), no opinaré sobre los hijos y si crianza, y no me manifestaré ni a favor ni en contra del matrimonio, la adopción, el vegetarianismo... Y lo siguiente que leeré serán listas sobre la gente que no te habla ni te mira a los ojos.
Todos estamos cansados. La gente a la que le suelen preguntar cuando tendrá la nena. Yo, que siento que cada vez que hablo ofendo a alguien o digo una desubicación (y probablemente es verdad). Y entonces, ¿qué pasó con la tolerancia? ¿el esperar lo mejor del otro?
¿Y si por unos días dejamos de buscarle mala leche y malas intenciones a los demás? ¿Si aprovechamos la oportunidad para romper el hielo y descubrir el tipo de persona que es el interlocutor? Una idea loca mia, no más...

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