También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

Traducir

English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German documentales Spain cartas de presentación Italian xo Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

domingo, 23 de enero de 2011

Huellas en el corazón

Un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor: todos confirmaron, admirados, que ese corazón era perfecto, pues no se observaban en él manchas ni rasguños, coincidieron en que era el corazón más hermoso que hubieran visto.
Al saberse admirado, el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor convicción afirmó que el suyo era el corazón mas hermoso de todo el lugar. De pronto un anciano salió de la multitud y le habló:
-¿Por qué dices eso? Tu corazón no es tan hermoso como el mío.
Con sorpresa, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, estaba cubierto de cicatrices, incluso había agujeros y zonas donde faltaban trozos que habían sido reemplazados por otros que no correspondian, pues se veían los bordes disparejos. El joven se echó a reir.
-Debes estar bromeando -dijo- Comparar tu corazón con el mío... El mío es perfecto. En cambio, el tuyo es un montón de cicatrices y dolor.
-Es cierto- replicó el anciano-: tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me comprometería contigo.Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Me arranqué trozos del corazón para dárselos a cada uno de aquellos a quienes he amado. Muchosm, a su vez, me han obsequiado trozos del suyo, que he puesto en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, se ven estos bordes disparejos, de los cuales me alegro porque me recuerdan el amor que he compartido. También hubo oportunidades en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció nada a cambio: entonces ahí quedaron estos vacíos. A pesar del dolor que las heridas me producen, me recuerdan que sigo amando a esas personas y alimentan la esperanza de que algún día tal vez regresen y llenen el vacío que han dejado. ¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso? -remató el anciano.
El joven permaneció en silencio, pero lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, se arrancó un trozo del corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo puso en su corazón, le quitó un trozo y con él tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldó, pero no a la perfección: se notanban los bordes.
El joven miró su corazón, que ya no era perfecto pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor fluía en su interior.

Recopilado en "La culpa es de la vaca"

No he olvidado que tengo blog, pero en vacaciones es más dificil escribir...

2 comentarios:

  1. ¡Qué hermosa narración nos topamos hoy aquí! Y no le falta razón al anciano: en esta vida por el simple hecho de vivir nos arriesgamos a padecer, a sufrir dolores y humillación, a sentirnos morir a menudo y a desear estarlo en muchas ocasiones. Y sin embargo ahí está la belleza de nuestra propia existencia, pues como bien dijo el gran maestro Bécquer "siquiera padecer es vivir..."

    Un gran saludo desde mi saloncito victoriano.

    ResponderEliminar
  2. También publiqué. Saludos desde Asunción. Nos vemos pronto!

    ResponderEliminar