También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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sábado, 12 de marzo de 2011

El sutil arte de freir un huevo

Por fin ha estallado la tormenta que venía prometiéndose luego de estos tan calurosos, y mientras retumban los truenos y el destello de los relámpagos me distraen de mis lectura, me da hambre.
¿Puede haber alguna sensación de más completa felicidad? Por fin puedo disfrutar la anhelada tormenta sin estudiar, desde mi cama y escuchando la lluvia en el techo; y de paso poder comer lo que quiera a la hora que me de hambre...
Así que el experimento de hoy se ha inspirado en un mítico plato que sólo he oido en leyendas: Omelette. Con mayúscula.
Por algún extraño motivo me han dado ganas de cocinar con huevo, precisamente un plato que nunca he intentado antes y apenas cuando ya estoy frente a la sartén reparo que no busqué la receta orientativa por internet. Nuestra alquimista favorita tiene ganas de improvisar y aventurarse por desconocidos caminos culinarios sólo guiada por su poco sentido común (o el menos común de sus sentidos, no estoy segura de cómo es exactamente la semántica referida a este asunto).
Me da la impresión que la base de un omelette es muy parecida a la de un crepe, así que partimos por batir el huebo y tratar que quede ¿espumoso? en fin, y luego se debería freir... habilidad que tampoco practico con frecuencia. Lo bueno es que toda la operación termina exitosamente. Para mantener la reputación de alquimista agrego un poco de tomillo y entonces se me ocurre que debería acompañarlo con algo.
La ricotta ha sido seleccionada para tan alto honor. Pero como el hambre apremia simplemente vamos a marinarla en salsa de soya y en un impulso espolvoreo un poco de canela; esta alquimista está disfrutando la vida concientemente, quizás precisamente por lo inusual de sus actos (para los demás, no para mi desde luego).
Y si para terminar acompañanms con un té aromatizado a frutos del bosque capaz de despertar a la bella durmiente de la habitación del lado, ¿se puede pedir algo más para completar la felicidad? Lo dudo.

1 comentario:

  1. Perfecto!! Como a qué hora fue eso? Hoy pasé el mejor sábado de mi vida. Ser externa es una experiencia inapreciable.(También experimentamos en la cocina) Y me gusta mucho el Omelette!

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