También las rosas son ingenuas y dulces, pero quizá sepáis que en una guerra de dos rosas murieron príncipes que eran como rayos negros, cegados por pétalos de sangre

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martes, 10 de julio de 2012

Limites

Aunque no queramos hay situaciones que forman parte inevitable de la vida a la que hay que acostumbrarse. La ley de Murphy, por poner un ejemplo, o la de gravedad que es mucho más académica y nadie se atrevería a negar; junto con las de Newton deben ser las únicas leyes que siempre están presentes y ningún humano puede romper.
Pero también hay otro aspecto que toca varias aristas y se puede enfocar de diferentes formas y es inherente a las personas: los límites.
Vivimos en paises con limites, nuestras habilidades y capacidades tienen límites (que cada uno enfrenta de diferente manera), al relacionarnos con otras personas ponemos límites. Algunos terapeutas afirman que la identidad de la persona se basa en definir límites claros.

Paseando por una librería encontré una serie de libros interesantes referidos a los límites: “Límites en el noviazgo”, “Límites para criar a los hijos”, etc. Al darles una ojeada rápida me llamó la atención el enfoque que tenían y lo aplicables que eran. Probablemente la mayoría de los problemas de hoy se deben a que los limites de los roles de las personas están confusos: las relaciones entre padres e hijos, empleados y empleadores, las parejas que se mimetizan y pierden su individualidad...
Las personas al definir su identidad marcan sus límites en cuanto a las capacidades que pueden llegar a desarrollar y la forma en que enfrentarán las situaciones. Una cosa es decir "nunca lograré hacer galletas perfectas" y otra "nunca perjudicaré intencionalmente a un conocido". Una frase nos limita en el desarrollo de nuestros potenciales para alcanzar el máximo de habilidades que poseemos y la otra toma en cuenta situaciones hipotéticas y nos prepara para enfrentarlas si alguna vez llegaran a suceder. Hay que estar preparado para enfrenter cualquier tipo de situaciones y una forma es imaginarlas y decidir cómo actuarías en esos casos... claro que ningún simulacro nunca es perfecto y siempre habrá situaciones que tendrás que enfrentar y nunca lo imaginaste, por eso es importante tener los principios básicos claros.
Una amiga decía una vez: lo que permitió que las personas exitosas superaran sus crisis de buena manera es que sabían quienes eran y sabían lo que harían o no. O sea, conocían sus límites, los tenían claros antes de enfrentarse a la adversidad.
Yo sigo armando mi lista de principios intransigibles, pero no son para comentarlos ahora.

Tambien hay un aspecto que a veces pasamos por alto cuando nos relacionamos con otros y es el de las influencias. Al interactuar unos con otros hay efectos que no medimos y a veces ni siquiera imaginamos. Solemos hacernos cargo de nuestras acciones, pero solemos olvidar que inconscientemente también influimos en los demas de diversas formas... nuestros limites personales se topan y mezclan con los de los demás y a veces hacen un lindo desbarajuste. Después de todo ningún hombre es una isla.
¿Reconoces el dicho "tus derechos terminan dónde empiezan los de los demás"? Tardé mucho en entenderlo, pero luego me di cuenta que es uno de los que más razón tiene.

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