La vida en la UAP I: LavaUAP

La presente entrada tiene su origen precisamente en medio de una sesión de lavado de ropa. Venir a la lavandería siempre es una experiencia única y te garantiza tema de conversación para toda la semana desahogándote. El motivo principal (aparte de que nunca sabes cuánta gente decide lavar el mismo día que tú y tienes que esperar varias horas sabiendo que el día anterior había estado vacío) son las señoras que supervisan la lavandería, especialmente Rosita.

Rosita es una persona amable, pero muy especial. Siempre tiene algo por lo que retarme: que mis pinzas de ropa son de madera y debería haberle preguntado a ella para que me recomendara comprar de plástico, que tengo que lavar mucha ropa y debería haber venido la semana pasada, o que vengo con muy poca ropa y voy a usar una maquina para lavar una nada… que entra muy temprano y se cansa, o que entra muy tarde y cuando llega ya está todo desordenado, etc; por lo menos lo de las pinzas de ropa tenía sentido cuando me lo dijo, porque si llueve manchan la ropa tendida… pero no me gustó el tono en que me lo dijo (el mismo de siempre y de todos los retos) y de paso ¿quién tendería la ropa para secarla un dia de lluvia??

En beneficio de mi salud mental opté por espaciar lo mas posible la visitas a la lavandería, y así la semana pasada lave en casa de Marielle, la anterior pague en una lavandería que no me hacen comentarios innecesarios, etc. Entonces llevaba creo que 1 mes sin aparecer mi linda persona por este lugar, y en ese tiempo como una de las medidas de controlar el caos que se armaba cambiaron el horario… y por supuesto yo no me enteré. Así que aquí me tienen luego de recibir el consabido reto del día de lavado (esta vez más que merecido por llegar una hora después de que terminan los lavados), mirando mi máquina y esperando para salir a tender bajo el lindo sol que afortunadamente me espera para sacer mi ropa sin quemarla y dejarla con olor natural a limpio… y como me acostumbré a quejarme cada vez que lavo, luego tendré la oportunidad de comentar en el hogar "no pude secar mi ropa porque llegué tarde y no sabía el horario, y tuve que tender y quedó todo arrugado"; pero así es la vida, y eso la hace mas entretenida.

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Nobleza obliga a editar: por haber poca gente y secadoras disponibles Rosita me dejó sacar acá (les dije que es amable a pesar de todo). Y aunque la ropa quede sin olor a sol, el suavizante olor a Hierbas frescas y lirio blanco me hará muy feliz esta semana